domingo, 23 de diciembre de 2007

La mesa está servida.

Hoy con suma tristeza veo cómo la resolución de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú ha dejado a la vera del camino tantos tiempos de encuentros. Hay mucha gente que en estos días la única satisfacción que tiene es poder compartir con sus pares, con alegría, nostalgia y recordación, incluso con las tan añoradas discusiones familiares, pero sentados juntos en una mesa.

Lamentable. Sí, lamentable es la única expresión que tengo para calificar tal iracundia, en nombre de quizás vaya a saber qué dios irracionalmente aíslan a las personas, hoy; en días tan sagrados para aquellos que libremente quieren juntarse con los suyos, familias o amigos, ven cercenadas las posibilidades de cumplir con su objetivo.

Negándoles de un plumazo la posibilidad de compartir esos momentos que no podrán repetirse, los anhelos, sueños y por qué no; tantos proyectos en común, les han privado de cortar el pan y servir el vino con esa mano tendida que tiene siempre el más modesto.

Los señores –para calificarlos de alguna forma-, los iluminados de todos los tiempos que se arrogan tener línea directa con el Señor o con la verdad, resolvieron esta medida, se han ensañado tanto con los pueblos que están haciendo vivir a la gente momentos realmente de angustia y tristeza.

Es tal el despotismo por parte de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú que preocupa; permite pasar a las barras bravas de fútbol libremente por el corte de Arroyo Verde y no tienen la altura de las circunstancias para permitir que gente común pueda cruzar a compartir con sus familias.

Familias de ambos lados del río; no piensen que esto es solo un problema de la gente de Fray Bentos, también es un gran lío que tiene Gualeguychú con su gente, aunque lamentablemente ellos no puede expresarse en contra de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú.

No creo que los fallos o la justicia puedan compensar estos excesos, tampoco gratificar a quienes hoy puedan perder la oportunidad de estar con los suyos, de lo que sí estoy seguro es de que más tarde o más temprano la gente, -que es sabia-, marcará su destino logrando estañar las heridas.

Pues bien, veamos qué resolvieron: no sólo no levantaron el corte para que la gente pueda transitar libremente, además prometen venir a servir la mesa de Navidad en territorio uruguayo en una demostración clara de que ellos todo lo pueden.

¡¡¡Bienvenidos al Show!!! No encontrarán lo que están buscando, los pueblos son más inteligentes, la gente de Gualeguaychú y Fray Bentos tiene mucho más claro el objetivo, están cansados de los Mesías, no menosprecien la capacidad de los pueblos.

La inteligencia no depende del lugar geográfico o del poder económico, la inteligencia depende del hombre.

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