sábado, 19 de julio de 2008

Mírar hacía atrás es morír en el pasado

Muchas veces repetimos que o inventamos o erramos. Es atribuido a Simón Rodriguez, el preceptor de Bolívar.

Atarse a ese pasado es no darse cuenta que el mundo cambia. Y en ese cambio se juegan muchas cosas.

Hay quienes no se ubican en los momentos en que estamos viviendo: estamos en los primeros lugares del mundo en exportaciones de arroz y de lácteos. Alguien podría haber pensado que un país como Uruguay ocupe el 6to. lugar en el mundo como exportador de arroz, y el 11º lugar como mayor exportador mundial de lácteos. Si, está leyendo bien: lugar en el mundo. Con una desocupación en una histórica cifra de 7%, tenemos crecimiento en algunos sectores impensados hace algunos años...pues bien, a eso hay que vivirlo y saber comprenderlo.

La duda es un elemento de trascendencia en una investigación, valga decir que sobre estos números no caben dudas.

Pero que la ignorancia tarde o temprano termina por ser vencida por el conocimiento, tampoco deja de ser cierto. El país dejó de ser lo que era, y no conoce techos por ningún lado...Ya no volverá a ser el de antes, y esa es la clave.

No podemos cometer los errores de algún vecino que quiso revivir el autoritarismo del pasado, la política del choque de trenes, el dominio del corporativismo en sus distintas reencarnaciones. Por cuidado que casi caímos en dejarnos arrastrar por el “si no tiene plata no se opera”. Como son necesarios cambios muy grandes en tratamientos de la tierra, de cultivos, de producciones.

Un día desembarcó una semilla. Y germinó. Y se hizo árbol.

Y molestó. A quienes había hecho de este país un latifundio de trigo y girasol, de quienes habían tirado cuatro vacas y un toro en un latifundio y decía producir carne. Debieron aparecer planes agropecuarios, juntas nacionales, luchando contra viento y marea.

Debieron procesarse los árboles para ver que en las cáscaras había energía. O en los deshechos.

No faltan danzarines a su alrededor, sapientes de que sus intereses pueden ser tocados. Y largan al combate a sus cretinos útiles, con túnicas de dirigentes que poco conocen de los temas.

Decíamos ayer que paulatinamente, paso a paso, como verso a verso, la ciencia y la tecnología fue ganando espacio. No es un camino real, sino de idas y venidas. Como el método científico con pruebas y reelaboraciones. Y concluimos diciendo que no faltaron los intereses políticos de incapaces que creyeron que gobernar un país era juegos con muñecos de nieve de sus infancias perimidas. La atropellada baguala no sirve. Y con su banda de alcahuetes mediáticos al ritmo del sonsonete.

Es un largo camino, pero hay un tren sin retorno, el del futuro. Donde hay un resultado previsible.

Cortesía: Ediciones ICI - Prof. Jorge Balseiro

2 comentarios:

Mariana dijo...

Muy buena columna. Difícil empresa esa de poder ver más allá de la nariz. Educar tal vez? Estoy totalmente de acuerdo, mirar el futuro, sin atarnos al pasado, pero reivindicándolo, NO OLVIDAR.- Para eso está para enseñarnos, y así seguir con fuerza y cimientos ese tan esperado y deseado futuro. Deseando como muchos que ese resultado previsible sea el esperado por gente como ustedes. Una vez más, gracias por el material que me acercan. Y ver que hay gente como ustedes, da ganas de seguir luchando. Abrazo, Mariana.

Anónimo dijo...

No me aflojes, Mariana.
Llevo 65 años, desde que nací, peleando en mi trinchera.
Nunca hay que olvidar el pasado porque nos enseña y no nos obliga a recorrerlo de nuevo.
Educar es fundamental.
A redoblar, muchachos !!!!
Un abrazo
Jorge