lunes, 17 de septiembre de 2007

Bronca!

La lucha de los asambleístas genera en el resto de la sociedad sentimientos similares, distintos y muchas veces contradictorios. Asombro, paciencia, intolerancia, apoyo, odio, alegría. Pero, por sobre todo, genera bronca. Mucha bronca.

Los asambleístas entrerrianos podrían haber utilizado un sinnúmero de estrategias para defender su decisión de rechazar la instalación de plantas de celulosa en territorio uruguayo. Podrían haber utilizado argumentos técnicos.

Podrían haber buscado caminos de coincidencias con los ambientalistas uruguayos. Podrían haber aprovechado el anuncio del gobierno argentino, que otorgó a los cortes de ruta el rango de Derechos Humanos, para bloquear a la Casa Rosada y mostrarle su rechazo. Podrían haber planteado un freno a la violencia verbal y al patoterismo de los referentes de la propia asamblea.

Podrían, pero no lo hicieron. Por el contrario, el único resultado que obtuvieron fue la indiferencia del pueblo argentino. Y la bronca del pueblo uruguayo.

Bronca cuando ríen satisfechos
al haber comprado sus derechos
Los asambleístas son dueños de Arroyo Verde y del puente internacional Gral. San Martín. El gobierno uruguayo nada puede hacer, ya que es territorio argentino. Y el gobierno argentino nada puede hacer, atado de pies y manos por su propia incoherencia, ya que es territorio entrerriano. Y el gobierno entrerriano nada puede hacer, atado de pies y manos por su propia hipocresía, ya que es territorio asambleísta.
Así lo afirman los propios asambleístas, engreídos y pedantes, cuando afirman que “somos dueños de la ruta”.
Es un derecho adquirido después de meses y meses de lucha, el mismo derecho que cree tener un mafioso barrial cuando sabe que es impune luego de haber comprado al comisario y al juez del lugar.
Bronca cuando se hacen moralistas
y entran a correr a los artistas
Los asambleístas acusan a Uruguay de ser un país corrupto, sin leyes de protección ambiental. Y que ése es el principal motivo, según los asambleístas, por el que “Botnia decidió instalarse en Uruguay”. Tan seguros están los entrerrianos de este motivo, que el propio gobernador entrerriano lo dejó por escrito en uno de sus informes.
Los asambleístas entrerrianos dicen que Gualeguaychú rechaza la instalación de las pasteras en Uruguay porque “nosotros no nos doblegamos frente a las exigencias del imperio y del dinero”. Una gigantografía a todo color en Arroyo Verde anunció al mundo entero que Tabaré Vázquez es un presidente coimero y corrupto. Un asambleísta locuaz dijo que con las monedas que tenía en su bolsillo podía comprar a varios uruguayos porque éstos eran baratos.
Eso si, a la hora de votar… los entrerrianos votan a los políticos oficialistas que representan a lo peor de la política argentina.
Bronca cuando a plena luz del día
sacan a pasear su hipocresía
“No queremos que nuestra zona se contamine”. “Dependemos del turismo ecológico, no queremos fábricas sucias y contaminantes”. “Defendemos al río Uruguay”. “Rechazamos el modelo forestal”. ¿Cuántas veces se leen o escuchan estas frases? Un canto monocorde y repetitivo que se inició hace dos años y que, sin cesar, es el grito de los asambleístas entrerrianos.
Sin embargo, el turismo ecologista de Gualeguaychú depende de un balneario privado que no cuenta con ninguna calificación ambiental y de algunos cotos de caza mayor donde turistas extranjeros se “divierten” asesinado animales indefensos. Miles de gualeguaychenses dependen de fábricas para contar con un trabajo digno. Y ninguno de ellos rechaza los emprendimientos industriales, si se instalan en Entre Ríos.
¿Estudios de Impacto Ambiental? ¿Controles? ¿Estudios técnicos? ¿Monitoreo ambiental? Idioma que nadie conoce ni quiere conocer en Entre Ríos, una provincia desvastada por el monocultivo de soja transgénica y el uso indiscriminado de agrotóxicos, muchos de ellos prohibidos hasta en la propia Argentina.
Para lo que toman lo que es nuestro
con el guante de disimular
Entre Ríos ha buscado por todos los medios posibles evitar que Botnia y otras pasteras se instalen en Uruguay. Uno de los motivos, entre otros, es que Argentina necesita desesperadamente inversiones en el sector celulósico papelero.
Argentina, desde hace años y a pesar de contar con varias plantas de celulosa y de producción de papel, depende de la importación de papel para su consumo interno (uno de los más elevados per cápita en América del Sur). En estos días hay diarios entrerrianos que se están publicando con papel importado de Estados Unidos.

Ya lo anunciaron los gobernadores de Misiones y de Corrientes, con el guiño cómplice de Casa Rosada. Si Entre Ríos logra su objetivo y Botnia debe retirarse de Uruguay, Argentina la recibirá de brazos abiertos, principalmente en las provincias donde se incentiva la industria de la pasta de celulosa y del papel.

Para el que maneja los piolines
de la marioneta universal

El conflicto binacional se podría haber solucionado hace meses, si no existiera un problema. Kirchner. Un presidente que considera que “democracia” es que todo el mundo piense igual que él. Si un gobernador es genuflexo, llueven las obras públicas y los fondos de coparticipación federal. Si un gobernador es duro y combativo, la canilla federal se seca en forma inmediata, relegando a toda una provincia al ostracismo.
Kirchner cree que Tabaré Vázquez le debe y mucho. Y que el presidente uruguayo debe aceptar los dictados de Casa Rosada. Ya hay antecedentes cercanos. Ante el lamentable exabrupto de Jorge el infidente Batlle cuando acusó a la clase política argentina de ser “ladrones, del primero al último”, se vio a un presidente uruguayo llorando y pidiendo perdón frente a un presidente agentino. Y el presidente argentino era Eduardo Duhalde, uno de los más fieles representantes de lo peor de la clase política argentina.
Kirchner aún no sale de su asombro. El gobierno uruguayo no sólo no se comporta como una provincia más, sino que además le hace frente. Y responde. Y contraataca. Y se defiende. Y logra salir adelante a pesar de un durísimo boicot contra dos temporadas turísticas y una rastrera campaña de desinformación y agravio a nivel mundial.
Para el que ha marcado las barajas
y recibe siempre la mejor
Argentina es un país bellísimo. Y extremadamente rico en en recursos naturales. Es un país que cuenta con praderas hasta el horizonte, con bosques, con costas oceánicas, con montañas, con lagos únicos en el mundo. Se busca agua termal, y se encuentra agua termal. Se busca petróleo, y se encuentra petróleo. Un país que supo ser una potencia mundial, pero que también supo parecerse a un pobre país africano pocos años atrás.
Uruguay, por el contrario, es muy pequeño. Cabe fácilmente dentro de la Provincia de Buenos Aires, y con una población tres veces menor. Cada vez que se buscó petróleo, se encontró agua caliente. Su montaña más alta es un simple cerro. Al estar rodeado de dos gigantes siempre dependió en gran manera de las vicisitudes de los países vecinos.
“Cuando Argentina estornuda, Uruguay se resfría”, dice un dicho muy viejo y muy cierto. Hoy, sin embargo, Uruguay está demostrando que es posible la independencia real. Dos temporadas turísticas exitosas, a pesar de un feroz boicot tanto desde los asambleístas como desde el propio gobierno entrerriano.
Con el as de espadas nos domina
y con el de bastos entra a dar y dar y dar
Los asambleístas aún se mantienen en la palestra porque tienen un importantísimo apoyo. La Gendarmería Argentina, que ha logrado evitar eficazmente durante meses que miles de ciudadanos argentinos puedan elegir el destino de sus vacaciones. Cinco o diez piqueteros sólo pueden cortar una ruta en Arroyo Verde. Miles de argentinos han intentado seguir el ejemplo de los asambleístas, solo para descubrir que en el resto del país las cosas son distintas. Palos, balas de goma y gases son el cálido apoyo de las fuerzas del orden.
Salvo en Arroyo Verde, donde los gendarmes protegen a los asambleístas y evitan que alguien se pueda siquiera acercar y romper la paz y la tranquilidad de los asambleístas.
No puedo ver tanta mentira organizada
sin responder con voz ronca de bronca
Los asambleístas tenían una teoría y la repitieron religiosamente durante años. La planta de Botnia iba a ser altamente contaminante e iba a generar un desierto mortal a cien kilómetros a la redonda. La planta de Botnia comenzó a realizar pruebas, el humo comenzó a verse por la chimenea. Y ningún fraybentino se sintió molesto o afectado, a pesar de estar a escasos cinco kilómetros de distancia.
Eso sí. Las palomas caen muertas en el campo gualeguaychense. Las vacas mueren en Gualeguaychú. Comenzó a llover agua verde a 50 kilómetros de distancia. Se sienten estruendos y explosiones en la costa argentina. Los entrerrianos se levantan de la siesta con fiebre y malestares. Cambió el color del cielo. Cambió el color del sol. Nubes tóxicas son certeras a la hora de afectar solamente a asambleístas.
Bronca porque matan con descaro
pero nunca nada queda claro
Los accidentes de tránsito se cobran decenas de vidas por día en Argentina. Y también son un grave problema en Uruguay. Los gobiernos intentan implementar leyes y medidas para disminuir esta causa de muerte. Se hacen controles, se restringen las velocidades máximas. Se arman campañas de educación y concientización.Y los asambleístas, con el bloqueo a los puentes internacionales, tiran abajo todo.
Obligan a los cansados camioneros a esperar horas y horas en eternas colas y a recorrer cientos de kilómetros adicionales para lograr pasar por algún puente habilitado. Y ocurren los accidentes. Obligan a cientos de turistas a esperar en medio de la ruta, haciendo cola de automóviles en lugares que no están diseñados para ese fin. Y ocurren los accidentes. Colocan un par de alambres, de noche, cruzando a lo ancho de la carretera, sin ninguna advertencia. Y ocurren los accidentes. Bloquean la ruta con troncos y obstáculos, de noche, sin preocuparse por avisar a los motociclistas que pasan confiados por la zona. Y ocurren los accidentes.
Bronca porque roba el asaltante
pero también roba el comerciante
Fray Bentos, Paysandú y Salto saben que los cortes de ruta son un colador. Y que el sistema usado para pasar los puentes es la omnipresente coima. Un deporte nacional en Argentina, tan estimado que hasta tiene sobrenombre. El “diego”.
Varios asambleístas entrerrianos han encontrado en el bloqueo a los puentes un objetivo. Y no es un objetivo altruista, en defensa de la vida y el medio ambiente. No. Es un “trabajo” para llegar a fin de mes.
¿Y quien puede, en esa provincia, levantar el dedo acusador contra los coimeros de los puentes? Si la propia Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú aceptó cobrar los cheques del gobernador Jorge Busti. Y hay “organizaciones sociales” que apoyan a los asambleístas porque la usan como plataforma para la venta de remeras y merchandising, protegiendo celosamente con capitalista copyright hasta frases comunes como “He dicho” en nombre de la lucha ecologista.
Bronca porque está prohibido todo
hasta lo que haré de cualquier modo
La única forma que encontraron los asambleístas para mantener su loca batalla fue atacar y silenciar toda voz opositora. Si alguien osa plantear un punto de vista minimamente disidente en una asamblea, es blanco de rechifla, burla e insultos. Plantear en forma pública el rechazo a los métodos de los asambleístas es sinónimo de amenazas anónimas por teléfono y frentes de hogares pintados con insultos y agresiones.
“Traidor a la causa” es un título que, a esta altura, ya se entrega al por mayor.
Bronca porque no se paga fianza
si nos encarcelan la esperanza
Argentina decidió, por muchos y diversos motivos, que Uruguay NO PUEDE contar con un proyecto de desarrollo productivo. Malo el modelo forestal uruguayo. Malo la instalación de plantas de celulosa. Malo la construcción de puertos. Malo el signo progresista del gobierno uruguayo, alineado con Paraguay, Chile y Brasil y sin arrodillarse ante los dólares chavistas.
Mal ejemplo para los ciudadanos argentinos, que ven como un país que es más chico que algunas provincias argentinas puede llevar adelante un proyecto real y sustentable. Pésimo ejemplo, porque muestra que es posible un país donde se respeta la opinión del opositor, donde la clase política no tiene que ser necesariamente asociada a la corrupción, donde se defienden con uñas y dientes las empresas del Estado, rentables a pesar de toda la burocracia.
El triunfo de la estrategia argentina en La Haya - muy improbable, pero posible – hundiría a Uruguay durante décadas, ya que la instalación de Botnia en nuestro país es un ladrillo de una construcción productiva mucho más ambiciosa, con un efectivo uso de la producción forestal del país, el mejoramiento de las carreteras y las vías férreas, la construcción de puertos, etc.
Los que mandan tienen este mundo
repodrido y dividido en dos
Un solo objetivo de los asambleístas fue cumplido al cien por ciento. Dividir a dos pueblos hermanos que eran uno solo. Nada más natural para un sanducero ir a cenar un viernes de noche a una parrilla de Colón, para un gualeguaychense ir a Las Cañas, para un fraybentino ir a bailar a Gualeguaychú, para un concordiense ir a disfrutar de una cerveza como la gente en Salto.
Ese es el único triunfo de los asambleístas. Y están ORGULLOSOS de ello.
Culpa de su afán de conquistarse por la fuerza
o por la explotación
Los asambleístas, si no lo sabían antes, descubrieron que el pueblo uruguayo es pacífico y tolerante, pero no se deja pasar por arriba.
Ya tuvimos un éxodo. Un redota. Y fue más que suficiente.
Es por eso que los asambleístas buscan doblegar la postura uruguaya por la fuerza, arrancando con un irracional bloqueo a los tres puentes internacionales para perjudicar la temporada estival del este uruguayo, las vacaciones de mitad de año, la Semana Santa y cada feriado largo que afecta a cientos de familias uruguayas que dependen del turismo.
A los bloqueos se suman los escraches a la Embajada Uruguaya. Y los afiches y carteles agresivos e insultantes, tildando a Uruguay de país contaminador, traidor y vendido.
Por si hacía falta, los asambleístas acusan a Uruguay de ser una “dictadura represiva”, donde “el pueblo tiene miedo y no puede opinar” y donde “no hay libertad de expresión ni libertad de prensa”. Y eso lo dicen mientras pueden pasear y protestar en el territorio uruguayo, sin ningún inconveniente y con más libertad que en la propia capital argentina.
Bronca pues entonces cuando quieren
que me corte el pelo sin razón
No hay un solo argumento que sustente objetivamente que Uruguay debe relocalizar Botnia fuera de la cuenca del río Uruguay, suspender su modelos forestal o directamente anular todos los proyectos de plantas de celulosa, industrias productoras de fertilizantes o renovaciones y ampliaciones de puertos.
Ni uno solo. Todos y cada uno de los argumentos que plantean los asambleístas y el gobierno argentino han sido demolidos uno tras otro. Todos.
“29 kilos de dioxinas por día”, anunciaban Romina Picolotti, Jorge Busti y los asambleístas meses atrás, cuando desde Uruguay aún no habían iniciado el contraataque técnico. Luego de la respuesta uruguaya, las dioxinas dejaron de ser la vedette en el conflicto y todo se resume a la violación o no del Estatuto del río Uruguay, algo que se resolverá en el futuro lejano y a miles de kilómetros de distancia.
Es mejor tener el pelo libre
que la libertad con fijador
A pesar de la férrea censura de los medios de prensa gualeguaychenses y el temor creado por las amenazas y las pintadas anónimas, algunas voces se empiezan a escuchar, rechazando firmemente la postura de los asambleístas.
Es que la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú, otrora representante del pensamiento de la mayoría de los gualeguaychenses, hoy es vista como una piedra en el camino, un obstáculo en la estrategia argentina, un muro que divide a los argentinos y a los uruguayos.
No puedo ver tanto desastre organizado
sin responder la voz ronca de bronca, de bronca
La postura de Argentina en el conflicto es un desastre. Y desorganizado, para más datos. Un día promueven e incentivan los cortes de ruta, defendiéndolos al extremo a asociarlos a la lucha por los Derechos Humanos. Otro día los rechazan y los reprimen. Un día dicen que están de acuerdo con el monitoreo conjunto. Otro día dice que nunca harán un monitoreo conjunto. Un día dicen que evitarán la instalación de plantas de celulosa en ríos binacionales. Otro día anuncian desde Casa Rosada la instalación de ENCE casi frente a la propia Buenos Aires.
Y así, el desgobierno argentino hace agua por todos los frentes, tanto en lo interno, en lo binacional como en lo internacional.
Bronca sin fusiles y sin bombas
bronca con los dos dedos en V
Los asambleístas entrerrianos han avanzado y retrocedido en sus amenazas. El propio responsable del CEDHA, ante una periodista de un medio de prensa norteamericano, alertó que había personas que querían ser kamikazes para destruir la chimenea de Botnia.
Los propios asambleístas han comentado que se han contactado con ellos grupos carapintadas y ex combatientes de Malvinas para ofrecerles armamento bélico y recursos humanos para atentar contra Botnia.
Uno de los asambleístas anunció que están frenando a grupos extremistas que se acercan con propuestas radicales, pero que una vez comenzada la producción de Botnia dejarán de hacerlo.
Los asambleístas han decidido dar un paso más adelante y comenzaron a realizar acciones en territorio uruguayo, violando las normas de nuestro país. Y el gobierno uruguayo les respondió con la ley, multas a los que no cumplan con las normas.
Asombro y sorpresa de los asambleístas, que están acostumbrados a vivir en un país donde las normas y la leyes son creadas para ser violadas sistemáticamente.
Bronca que también es esperanza
marcha de la bronca y de la fe
Solo eso. ESPERANZA.
Antonio Giossa

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