jueves, 31 de julio de 2008

El rugido del ratón

Decíamos ayer que Uruguay intenta hace mucho tiempo un salto. Y finalmente la decisión se tomó. No es un paso hacia el vacío. Quizás sea más hacia sortear la larga siesta de inoperancia, de intereses mezquinos, de faltas de decisión.

Y esa larga siesta llegó a su fin.

Y los datos de una referente, la Ing. Pou, son elocuentes: Uruguay tiene menos del 10% de su superficie cubierta por forestación. Hay cubiertas por árboles 1:524.897 hectáreas de suelo, distribuidas en diversos tipos de bosques. Y según los registros de la Dirección Forestal, entre 1975 y 1988 el país tenía 40.324 hectáreas de plantaciones y con la aplicación de la Ley Forestal de 1987, la superficie forestada creció en unas 714.031 hectáreas entre las declaradas (630.000 hectáreas) y las no declaradas (43.707 hectáreas), que equivale al 4% de la superficie total del país. Si esto no es un salto..., ¡qué puede serlo!

Y enorme es el cluster, es decir esa tremenda nube que abarca desde aserrados hasta celulosa, desde energía hasta pisos flotantes.

Botnia en funcionamiento, Ence comenzando ya las nivelaciones de terrenos, Stora Enso cubriendo la mitad de las tierras que necesita, Portucel que hasta tira líneas por el lugar donde establecerse, Nippon Paper plantando.

Un país que ha sabido mirar hacia su futuro, hacia su definitiva independencia. Se escuchan planes y estudios sobre diversas formas de energía de alternativa, de la postergada búsqueda de petróleo a pocos meses, del abandonado tren que empezó a funcionar aunque necesite vías nuevas e inversiones elevadas...

Como que no hay miedo. Pero también como que se le dio la espalda a la ignorancia, a la apatía, al inconformismo enfermizo.

Y se miró al futuro.
El resto ... el resto es silencio.
Prof. Jorge Balseiro

Dadme barcos y velas adecuadas y encontraré los hombres que no se amedrenten ante la tremenda inmensidad.
Johann Kepler

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