
La estancia El Potrero tiene unas 27.000 hectáreas, con frente sobre el Río Uruguay, donde había un muelle bien construido, -hoy en ruinas- el verdadero Puerto Unzué. Ese puerto se conecta con el casco de la estancia a través de un camino terraplenado en parte y en parte muy arenoso. Junto al casco de la estancia hay un puente sobre el Arroyo Verde (en realidad se llamaba Arroyo La Verde).
Hace años se forestaron unas 7.000 hectáreas y a su tiempo se establecieron obrajes con cientos de taladores provenientes de las provincias del Norte, esta actividad obligó a trazar más caminos internos y el obrador central tuvo salida directa a la Ruta 136 en las proximidades del puente internacional.
Tiempos atrás se estudió en esos terrenos la posibilidad de construir un acueducto desde Puerto Unzué a Gualeguaychú o explorar posibles yacimientos de ripio.
En esos tiempos el sistema de paso era así: junto a la tranquera había un puesto desde donde te habilitaban para entrar, previa identificación y consulta con la Administración central. El paso quedaba cerrado al caer la tarde. El control era casi carcelario. Los trabajadores preferían establecer sus casillas en el camino fuera de la estancia. Y no eran los únicos; antes los obrajeros forestales habían hecho una gran protesta, de la que se trató hasta en la legislatura de Entre Ríos.
Pero volvamos al presente, hará unos dos años el establecimiento fue comprado por los sucesores de Celedonio Pereda, familia de tradición terrateniente y millonaria, con base en la capital Federal.
No creo que esos patrones sean tan liberales como para permitir que los peones tomen iniciativas de habilitar el paso por su cuenta y riesgo. Sería indicativo de que el establecimiento está totalmente fuera de control.
La versión piquetera; ¿no era que los 160 coches habían pasado por un campo de los sobrinos de Veronesi?... ¿En qué quedamos?
En esta "versión" de los piqueteros hay que preguntarse cómo 160 autos de paseo (no de rally) se metieron a la aventura, violando propiedad privada, sin saber por donde podrían salir de nuevo a la ruta y sortearon la cuenca del Arroyo Verde, que muy probablemente es pantanosa y/o con barrancas. En la enorme estancia El Potrero, que tiene caminos internos, (si bien precarios), hay un puente sobre ese arroyo.
Según el informe de un amigo de Fray Bentos, sólo tres autos habrían pasado por el campo que arrendaron los sobrinos de Juan Veronesi, probablemente amigos o familiares; por lo tanto:
a) Es difícil que viajeros comunes hubieran acordado anticipadamente con los dueños de los campos linderos el paso por sus propiedades. Éstos además tendrían que haber preparado el camino interno, poner señales y apostar guías.
b) Es increíble que personal de la estancia El Potrero permita a extraños pasar a través de una propiedad que no es de ellos y aún conducirlos y servirles de guía. Ellos tienen sus tareas específicas y no pueden abandonarlas para hacer otras de su iniciativa.
c) Los 160 o 157 autos deben haber pasado por el piquete previo pago de "peaje".
d) Si es cierto que cobraron $ 100 (U$S 38,00) a cada vehículo, entonces recaudaron más de 5.000 dólares.
Visto desde afuera uno puede indignarse por la audacia de los fanáticos y la impunidad que los ampara. Pero si los observamos de cerca dan lástima. Eran vecinos con sus actividades cotidianas, en feliz anonimato. Los creíamos honestos y pacíficos. ¿Que son ahora?... Personas crispadas, obligadas a sostener una mentira tras otra; cayendo en el matonismo; en vigilia constante, casi convertidos en salteadores de caminos y por todo ello cada vez más esquivados por la gente decente, sin una salida digna a la vista.
Esta experiencia debe servir de lección a muchos. En Gualeguaychú deberían cuestionar a la élite, (la intelectual, la profesional, la religiosa), pues fue cómplice y eludió su deber permitiendo la violación de leyes y la agresión.
Definitivamente la versión piquetera merece ponerse en duda. Posiblemente los sobrinos han servido de "comodines" para elaborar una falsa coartada. Todo queda en familia, como en las mafias.
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