Fue largo el camino pero por suerte se llegó. El tiempo corre lento pero seguro, imposible que cambie tanto para eludir la estación más linda, ¡¡¡bienvenido otoño!!! La brisa hace que se erice mi curtida piel y la comodidad que eso provoca hace que uno pueda aclarar el pensar, bueno es deshojar las hojas para recordar el camino recorrido.
Podría comenzar a redactar lo que pienso basado en apuntes técnicos, científicos o jurídicos de todo lo que ha pasado en estos años, pero creo que lo mejor es pasar en limpio la experiencia vivida, creo no equivocarme al decir que muchos podrán compartir quizás en silencio mi pensar, otros negarán aceptar que también es bueno desandar el camino en sus mentes.
Luego de años de intentar que este país maravilloso pudiera acobijar la esperanza entre sus manos, con el esfuerzo de miles y miles de personas, -en su gran mayoría seres anónimos-, llegamos; esos que dejaron al costado del camino sus apetitos personales para embarcarse rumbo al “se puede hacer”, ansiosos de poner en práctica tantas ilusiones postergadas, se logró el tan ansiado gobierno de izquierda en Uruguay y nos pusimos a andar...
Una tardecita de primavera comenzó este hermoso recorrido, una pregunta incisiva de un gran amigo cambió el rumbo de mi molesta posición sobre el tema BOTNIA - ENCE, recién comenzaba un conflicto que perduraría hasta el día de hoy.
-Dígame Alejandro: ¿qué piensa usted de las plantas de celulosa que se instalarán en Fray Bentos?
Mi respuesta demoró menos que el sonar de la bocina de un taximestrista cuando cambia la luz de un semáforo.
¡¡¡Vergonzoso!!! No puede ser que después de tanto tiempo de luchar para que llegara un gobierno de izquierda al país, se nos da por colocar estas plantas contaminantes que echan de los países desarrollados y además enfrente a Gualeguaychú; sinceramente es un disparate. Logré decir todo esto casi sin respirar, con un tono imperativo, alto y con muestras de enojo.
Sentí como el silencio cortaba el aire entre mí y mi amigo, el cual con voz pausada me re-preguntó:
-¿En frente de qué? ¿Puede tomar un mapa y marcarme dónde queda Fray Bentos y Gualeguaychú?
Un frío corrió por mi espalda al ver que una afirmación tan vehemente de mi parte se caía a pedazos ante la objetiva mirada de un simple mapa geográfico, interiormente me cuestioné y preferí no avanzar en el disparatario que había recorrido en esos tiempos, prensa inescrupulosa que decía que la gente moriría de cáncer, nos robarían el agua y este modelo forestal sería como una peste asesina que mataría todo el progreso, incluso animales y vegetaciones, apocalipsis que compré por solo escuchar y no razonar un minuto lo que se me quería vender.
Al volver a mi hogar, me cuestioné una y mil veces cómo había cometido un error tan grande, cómo fui capaz de llevarme por los titulares de letras grandes y audios estridentes, me sentí molesto. Pero despertó en mí la necesidad de saber realmente si estaba equivocado o no; busqué y profundicé cada uno de los temas que tenia ya resueltos, y cada vez que más sabía de ellos me daba cuenta de que lamentablemente había tenido una posición equivocada y que este maldito conflicto que hoy viven Uruguay y Argentina fue generado en su comienzo, por falta de información o desinformación.
Con la experiencia vivida, puedo afirmar que era cierto y que mi posición era errónea, seguramente así como me pasó a mí le pasó a miles de personas que compraron como se dice en la prensa “carne podrida”, fuegos de artificio que hacen que uno no se detenga a pensar.
Estudios, charlas, conferencias, encuentros, reuniones, fueron alejándome cada vez más de aquella vieja idea piquetera, lo jurídico se desplomaba al leer algunas de las actas de la CARU o la Memoria Anual de la Nación Argentina del 2004, la contaminación prometida, el nacimiento de peces de dos cabezas y las muertes de cáncer afirmadas una y otra vez como la verdad revelada, cayeron al suelo como las hojas de los árboles.
Incluso la naturaleza se reveló contra tales predicciones y siguió tan campante, naciendo normalmente desafiando a los Nostradamus de los años 2000, las aguas que se robaban los árboles y los barcos que hurtaban nuestro preciado tesoro dulce fueron una gran mentira; solo recuerdo como algunos gritaban que sus pozos se quedaban sin agua y al investigar sobre el tema era por estar mal hechos o porque el consumo de su propiedad era superior a lo que podían suministrar esos pozos precarios.
Supongo que al igual que a mí, muchos comenzaron a tiempo este razonamiento y fueron alejándose de esta postura incorrecta, así comenzó a campear la violencia entre quienes siguieron con sus fundamentalismos, no aceptando a quienes pensábamos diferente o, como en mi caso, pudimos andar sobre nuestros pasos buscando la verdad.
Todos aquellos que no compartimos su accionar violento caímos en ese grupo de mandaderos del capitalismo, comprados por una empresa que lograba lavarnos el cerebro, solo por no compartir su pensar y su accionar. Escraches, copamientos, golpes, persecuciones, amenazas y muertes que cobraron las rutas en las que se realizaron los piquetes, medidas cada vez más alejadas del pueblo, cada vez más cerca del infierno; intentando imponer el pensamiento único.
Pobres de espíritu y con la verdad encerrada en un puño crispado, la cual solo liberarán entre sus paredes o en su famoso circulo cerrado, el cual más temprano que tarde los llevará a tener un fracaso contundente del cual se alejarán como ratas al ver que el barco de la mentira se hunde ante sus narices.
En este largo camino crecí tanto que me asombro cada vez que me detengo en él a meditar el andar, otros como yo deben haber vivido esta rica experiencia, humana y técnicamente me doy cuenta de lo que el ser humano puede aprender día a día con una simple pregunta, compartí con otros mi pensar y por supuesto discrepé con gran parte de aquellos que pensaban y piensan diferente.
Estos años, más de cinco para ser preciso, me hicieron recordar la vieja escuela pública de mi país donde las diferencias solo estaban en el conocimiento, pude ver el afecto de la gente incluso ante la adversidad o las diferencias políticas, religiosas, sociales, económicas. Hoy que veo despuntar las hojas amarillas de los árboles, esperando recogerlas cuando el viento las junta en los rincones de las calles, llegó el momento de acelerar el paso para poderlas atrapar con nuestras manos; no es justo que se pierdan con el viento.
Los disparates quedaron eclipsados por cada uno de quienes encontraba en el sendero: profesionales, técnicos, gente como uno, con ganas de saber el rumbo a seguir; demoramos mucho en encontrarnos pero como el fuego se fundieron cosas tan importantes como el “poder seguir”, el razonamiento nos respaldaba.
Sería una pena que el viento nos lleve muy lejos los apuntes que tenemos escritos en ellas, no es justo que nos privemos de poder contarlas, por uno y por quienes no tuvieron tiempo para profundizar y viven en el invierno más cruel, no tengo ganas de que todo esto se pierda en el camino.
Qué difícil será recomponer todo esto…
El grito blanco marcó a los niños que fueron llevados engañados a manifestarse al puente y que al inicio de esta historia solo tenían cuatro o cinco años. Hoy son adolescentes con las tablas cambiadas y con esa rebeldía al cambio que no podemos frustrar; es una historia moderna mal aprendida; pero sigo con la convicción de que son más capaces de aprender que nosotros.
Con ellos lograremos el cambio; de ellos debemos aprender la capacidad de absorber conocimientos y afirmo sin temor a equivocarme que la capacidad del ser humano es inigualable. Largo y hermoso será el camino para que logremos que la mayoría de ellos comprendan racionalmente que la verdad es otra, la inteligencia no depende ni del lugar geográfico ni del poder económico, depende del hombre.
A quienes se ofendieron con mis dichos, les agradezco; me dieron muchas ganas de seguir. A quienes con mi pobre decir pudieron cambiar su pensar también les agradezco; me sentí muy cerca. Agradezco infinitamente poder seguir vivo pues siempre estoy llegando y cada minuto que pasa puedo aprender mucho más.
Luego de laudado este maldito conflicto, desde el punto de vista jurídico, tendremos tanto trabajo para hacer que no perderemos un minuto en pensar en el resultado, sueltos de ropa saldremos al camino a conquistar nuevos desafíos, con quienes nos comprendieron y con aquellos que necesitan que le brindemos una mano para salir del fango; así se construye un camino seguro para nosotros y para los que vienen detrás.
Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es hora de comprender más, para temer menos. Marie Curie.
PD: ¡¡¡Gracias CHITAI por ser como sos!!!
Podría comenzar a redactar lo que pienso basado en apuntes técnicos, científicos o jurídicos de todo lo que ha pasado en estos años, pero creo que lo mejor es pasar en limpio la experiencia vivida, creo no equivocarme al decir que muchos podrán compartir quizás en silencio mi pensar, otros negarán aceptar que también es bueno desandar el camino en sus mentes.
Luego de años de intentar que este país maravilloso pudiera acobijar la esperanza entre sus manos, con el esfuerzo de miles y miles de personas, -en su gran mayoría seres anónimos-, llegamos; esos que dejaron al costado del camino sus apetitos personales para embarcarse rumbo al “se puede hacer”, ansiosos de poner en práctica tantas ilusiones postergadas, se logró el tan ansiado gobierno de izquierda en Uruguay y nos pusimos a andar...
Una tardecita de primavera comenzó este hermoso recorrido, una pregunta incisiva de un gran amigo cambió el rumbo de mi molesta posición sobre el tema BOTNIA - ENCE, recién comenzaba un conflicto que perduraría hasta el día de hoy.
-Dígame Alejandro: ¿qué piensa usted de las plantas de celulosa que se instalarán en Fray Bentos?
Mi respuesta demoró menos que el sonar de la bocina de un taximestrista cuando cambia la luz de un semáforo.
¡¡¡Vergonzoso!!! No puede ser que después de tanto tiempo de luchar para que llegara un gobierno de izquierda al país, se nos da por colocar estas plantas contaminantes que echan de los países desarrollados y además enfrente a Gualeguaychú; sinceramente es un disparate. Logré decir todo esto casi sin respirar, con un tono imperativo, alto y con muestras de enojo.
Sentí como el silencio cortaba el aire entre mí y mi amigo, el cual con voz pausada me re-preguntó:
-¿En frente de qué? ¿Puede tomar un mapa y marcarme dónde queda Fray Bentos y Gualeguaychú?
Un frío corrió por mi espalda al ver que una afirmación tan vehemente de mi parte se caía a pedazos ante la objetiva mirada de un simple mapa geográfico, interiormente me cuestioné y preferí no avanzar en el disparatario que había recorrido en esos tiempos, prensa inescrupulosa que decía que la gente moriría de cáncer, nos robarían el agua y este modelo forestal sería como una peste asesina que mataría todo el progreso, incluso animales y vegetaciones, apocalipsis que compré por solo escuchar y no razonar un minuto lo que se me quería vender.
Al volver a mi hogar, me cuestioné una y mil veces cómo había cometido un error tan grande, cómo fui capaz de llevarme por los titulares de letras grandes y audios estridentes, me sentí molesto. Pero despertó en mí la necesidad de saber realmente si estaba equivocado o no; busqué y profundicé cada uno de los temas que tenia ya resueltos, y cada vez que más sabía de ellos me daba cuenta de que lamentablemente había tenido una posición equivocada y que este maldito conflicto que hoy viven Uruguay y Argentina fue generado en su comienzo, por falta de información o desinformación.
Con la experiencia vivida, puedo afirmar que era cierto y que mi posición era errónea, seguramente así como me pasó a mí le pasó a miles de personas que compraron como se dice en la prensa “carne podrida”, fuegos de artificio que hacen que uno no se detenga a pensar.
Estudios, charlas, conferencias, encuentros, reuniones, fueron alejándome cada vez más de aquella vieja idea piquetera, lo jurídico se desplomaba al leer algunas de las actas de la CARU o la Memoria Anual de la Nación Argentina del 2004, la contaminación prometida, el nacimiento de peces de dos cabezas y las muertes de cáncer afirmadas una y otra vez como la verdad revelada, cayeron al suelo como las hojas de los árboles.
Incluso la naturaleza se reveló contra tales predicciones y siguió tan campante, naciendo normalmente desafiando a los Nostradamus de los años 2000, las aguas que se robaban los árboles y los barcos que hurtaban nuestro preciado tesoro dulce fueron una gran mentira; solo recuerdo como algunos gritaban que sus pozos se quedaban sin agua y al investigar sobre el tema era por estar mal hechos o porque el consumo de su propiedad era superior a lo que podían suministrar esos pozos precarios.
Supongo que al igual que a mí, muchos comenzaron a tiempo este razonamiento y fueron alejándose de esta postura incorrecta, así comenzó a campear la violencia entre quienes siguieron con sus fundamentalismos, no aceptando a quienes pensábamos diferente o, como en mi caso, pudimos andar sobre nuestros pasos buscando la verdad.
Todos aquellos que no compartimos su accionar violento caímos en ese grupo de mandaderos del capitalismo, comprados por una empresa que lograba lavarnos el cerebro, solo por no compartir su pensar y su accionar. Escraches, copamientos, golpes, persecuciones, amenazas y muertes que cobraron las rutas en las que se realizaron los piquetes, medidas cada vez más alejadas del pueblo, cada vez más cerca del infierno; intentando imponer el pensamiento único.
Pobres de espíritu y con la verdad encerrada en un puño crispado, la cual solo liberarán entre sus paredes o en su famoso circulo cerrado, el cual más temprano que tarde los llevará a tener un fracaso contundente del cual se alejarán como ratas al ver que el barco de la mentira se hunde ante sus narices.
En este largo camino crecí tanto que me asombro cada vez que me detengo en él a meditar el andar, otros como yo deben haber vivido esta rica experiencia, humana y técnicamente me doy cuenta de lo que el ser humano puede aprender día a día con una simple pregunta, compartí con otros mi pensar y por supuesto discrepé con gran parte de aquellos que pensaban y piensan diferente.
Estos años, más de cinco para ser preciso, me hicieron recordar la vieja escuela pública de mi país donde las diferencias solo estaban en el conocimiento, pude ver el afecto de la gente incluso ante la adversidad o las diferencias políticas, religiosas, sociales, económicas. Hoy que veo despuntar las hojas amarillas de los árboles, esperando recogerlas cuando el viento las junta en los rincones de las calles, llegó el momento de acelerar el paso para poderlas atrapar con nuestras manos; no es justo que se pierdan con el viento.
Los disparates quedaron eclipsados por cada uno de quienes encontraba en el sendero: profesionales, técnicos, gente como uno, con ganas de saber el rumbo a seguir; demoramos mucho en encontrarnos pero como el fuego se fundieron cosas tan importantes como el “poder seguir”, el razonamiento nos respaldaba.
Sería una pena que el viento nos lleve muy lejos los apuntes que tenemos escritos en ellas, no es justo que nos privemos de poder contarlas, por uno y por quienes no tuvieron tiempo para profundizar y viven en el invierno más cruel, no tengo ganas de que todo esto se pierda en el camino.
Qué difícil será recomponer todo esto…
El grito blanco marcó a los niños que fueron llevados engañados a manifestarse al puente y que al inicio de esta historia solo tenían cuatro o cinco años. Hoy son adolescentes con las tablas cambiadas y con esa rebeldía al cambio que no podemos frustrar; es una historia moderna mal aprendida; pero sigo con la convicción de que son más capaces de aprender que nosotros.
Con ellos lograremos el cambio; de ellos debemos aprender la capacidad de absorber conocimientos y afirmo sin temor a equivocarme que la capacidad del ser humano es inigualable. Largo y hermoso será el camino para que logremos que la mayoría de ellos comprendan racionalmente que la verdad es otra, la inteligencia no depende ni del lugar geográfico ni del poder económico, depende del hombre.
A quienes se ofendieron con mis dichos, les agradezco; me dieron muchas ganas de seguir. A quienes con mi pobre decir pudieron cambiar su pensar también les agradezco; me sentí muy cerca. Agradezco infinitamente poder seguir vivo pues siempre estoy llegando y cada minuto que pasa puedo aprender mucho más.
Luego de laudado este maldito conflicto, desde el punto de vista jurídico, tendremos tanto trabajo para hacer que no perderemos un minuto en pensar en el resultado, sueltos de ropa saldremos al camino a conquistar nuevos desafíos, con quienes nos comprendieron y con aquellos que necesitan que le brindemos una mano para salir del fango; así se construye un camino seguro para nosotros y para los que vienen detrás.
Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es hora de comprender más, para temer menos. Marie Curie.
PD: ¡¡¡Gracias CHITAI por ser como sos!!!
3 comentarios:
Ale: parece también rarísimo como se caía en el argumento que seguís mencionando de que "tanto tiempo para ser gobierno la izquierda uruguaya y se traga el sapo de la pastera multinacional", cuando la forestación en nuestros países es un postulado de la izquierda desde siempre. La famosa Celulosa Arauco chilena fue fundada por Salvador Allende, con discurso y movilización obrera incluída, para sacar más provecho de la madera que el que Chile sacaba en aquél entonces. Basta con leer los programas de la Unidad Popular antes de ganar Salvador el gobierno. También en Uruguay era así y basta con leer el discurso del Gral Seregni en el acto de fundación del FA 26-3-1071, donde abunda en un tramo acerca de la necesaria prioridad forestal para una parte del territorio uruguayo, planteando lo que ya estaba en el programa común que dio origen a tamaña unidad. Se hablaba de agregar valor a través del desarrollo de la industria de la celulosa y el papel. Lo único que cambió es la posibilidad, que Uruguay hoy no tiene, de realizar la inversión con capitales nacionales. Es que la izquierda perdió en todos lados en los comienzos de la década del 70 y el modelo que expolió nuestras riquezas, terminó con los 20 o 30 años de saqueo financiero más asombroso de la historia mundial.
Por eso y por suerte, al tener que atraer inversión extranjera, tenemos a los finlandeses y los suecos ahora, en lugar de los corruptos empresarios españoles, vinculados con el Estado/burbuja más inflado de la Unión Europea. Pero aún si no hubiera otro remedio, habría que aceptar españoles, portugueses y lo que sea que pueda invertir, dependiendo igual que ahora del control eficaz y la camiseta puesta de nuestros funcionarios del Estado que ya impidió, en el pasado, la venta de empresas públicas que todos los otros países "sudacas" se comieron a costillas del Estado español o francés. Yo tengo familia íntima en Gualeguaychu y amigos muy queridos en la lucha de ellos. Sin embargo no me sumé de primera a ellos como contás que te pasó a vos. Sin embargo los escuché un tiempo y mientras me informé lo más que pude. Pero no hubiese logrado aprender tanto sobre el tema sin los apoyos de tu blog, el de Antonio y el del Profe Ventura. Coincido que uno aprende cosas siempre pero en esto fue un progreso asombroso el que logramos cada uno de nosotros en cuanto a capacidad de análisis, pensamiento crítico y búsqueda de la claridad ideológica que tanto damos por sentada. Un abrazo grande.
Gracias por tú comentario y aporto unos datos que confirman lo que dices:
http://www.online.com.uy/plantas/doc/fa1.html
"El gobierno del Frente Amplio impulsará el desarrollo de la industria papelera nacional" (...) "Trataremos asimismo, de explorar exhaustivamente las posibilidades de nuevas soluciones técnicas en este sector industrial" (Discurso "Nuestra política para los medios de difusión", a los periodistas, trabajadores gráficos y "canillitas", del candidato del Frente Amplio Líber Seregni, en el teatro El Galpón, Montevideo, 18 de junio de 1971, extractado de la Colección Líber Seregni -Tomo I- "La Fundación del Frente Amplio y las Elecciones de 1971, pág. 139) ver también: (Frente Amplio y el fomento de las papeleras)
http://www.larepublica.com.uy/lr3/?a=nota&n=200303
Alejandro:
Parece mentira, pero has relatado con algunos matices mi propia experiencia.
La experiencia de no creer que "mi" gobierno podía equivocarse de tal manera.
Quizás nos salvó el hecho de estar acostumbrados a desconfiar de la prensa.
Los hechos nos dieron la razón. Se había actuado con total responsabilidad.
Hoy, cinco años después de muchos de nosotros comenzáramos la búsqueda de la información, búsqueda que nos llevo a encontrarnos, podemos orgullosamente decir que hemos cumplido con nosotros mismos y con nuestro país.
Cumplimos informando. Cumplimos divulgando ciencia.
En 10 días saldrá a la luz un fallo que deberá ser salomónico en algún punto, pero que sin dudas demostrará que no hubo ni hay contaminación.
Seguirá siendo nuestra responsabilidad que tampoco la haya en el futuro.
Un abrazo a la distancia con el enorme placer del deber cumplido.
Miguel Cabillón (magico)
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