Por lo que veo el gobierno uruguayo dio un paso más, desinteresadamente, hacia la solución del problema. La grandeza de la modestia: antes de que la A.C.A.G. tome ninguna acción que los coloque como los buenos de la película.
No comparto que Argentina haga el monitoreo adentro de la planta, no es legal, no es lo que dicen las normas de la C.A.R.U. y además el fallo tampoco dice eso, de todas maneras siempre dije que existen los recursos humanos y técnicos para controlar y si se demuestra que contamina se cierra. Y como no tenemos nada que ocultar y es la palabra empeñada, acepto como ser racional esta postura. Ni festejos, ni tristezas, cautela y cabeza fría.
Sé que muchos están en desacuerdo con todo esto. Es de las cosas buenas que tiene la democracia: la posibilidad de disentir y de expresar todas las opiniones, aunque los amigos de la A.C.A.G., Delia Villalba, Pablo Antoria, Gonzalo Abella, Víctor Cardona, se llenen la boca en Gualeguaychú diciendo que en nuestro país el que opina diferente es censurado o encarcelado.
Pero si se monitorea dentro de la planta, -cosa que seguramente sería controlada por las autoridades uruguayas-, ni se va a vender el rico patrimonio ni se va a entregar nuestra soberanía, sino que se va a controlar en conjunto, lo que tendría que haberse hecho desde el principio y no se hizo porque el gobierno argentino no estuvo dispuesto.
No es momento de fundamentalismos de ningún tipo ni de consignas estridentes, es momento de seguir transitando por este camino tan largo, que no termina con esto ni mucho menos. Comienza un nuevo capítulo, donde al fin se va a monitorear el río como siempre predicamos que debía hacerse.
Seguiremos avanzando, tenemos la conciencia limpia, de otra forma no daríamos un paso semejante.
Supongo que podremos hacer lo mismo en las plantas contaminantes de Gualeguaychú y no solo en estas, sino en todo emprendimiento que atente contra la calidad de las aguas en la región, en función de esto, en la próxima cumbre del Mercosur a realizarse en San Juan en el mes de julio, el mismo Mujica va a plantear a los países miembros del bloque la adopción de normas ambientales comunes para el monitoreo de las aguas. Esto si que es estar un paso adelante y mostrar verdadero interés en el medioambiente.
Además como no podrán demostrar las apocalipsis que vienen denunciando hace años, ahora sí que los muchachos de Arroyo Verde no se deben preocupar por el problema ambiental, ya hay quienes lo hacen y muy bien; Antón Pirulero, cada cual que atienda su juego.
Lo mejor es que los iluminados se preocupen cuando deban dar explicaciones a la sociedad y a la justicia argentina que querelló contra los piqueteros de Arroyo Verde, la justicia tendrá más información para terminar estos juicios civiles y penales. Y veremos quién es el responsable del homicidio culposo de Walter Maulucci.
No comparto que Argentina haga el monitoreo adentro de la planta, no es legal, no es lo que dicen las normas de la C.A.R.U. y además el fallo tampoco dice eso, de todas maneras siempre dije que existen los recursos humanos y técnicos para controlar y si se demuestra que contamina se cierra. Y como no tenemos nada que ocultar y es la palabra empeñada, acepto como ser racional esta postura. Ni festejos, ni tristezas, cautela y cabeza fría.
Sé que muchos están en desacuerdo con todo esto. Es de las cosas buenas que tiene la democracia: la posibilidad de disentir y de expresar todas las opiniones, aunque los amigos de la A.C.A.G., Delia Villalba, Pablo Antoria, Gonzalo Abella, Víctor Cardona, se llenen la boca en Gualeguaychú diciendo que en nuestro país el que opina diferente es censurado o encarcelado.
Pero si se monitorea dentro de la planta, -cosa que seguramente sería controlada por las autoridades uruguayas-, ni se va a vender el rico patrimonio ni se va a entregar nuestra soberanía, sino que se va a controlar en conjunto, lo que tendría que haberse hecho desde el principio y no se hizo porque el gobierno argentino no estuvo dispuesto.
No es momento de fundamentalismos de ningún tipo ni de consignas estridentes, es momento de seguir transitando por este camino tan largo, que no termina con esto ni mucho menos. Comienza un nuevo capítulo, donde al fin se va a monitorear el río como siempre predicamos que debía hacerse.
Seguiremos avanzando, tenemos la conciencia limpia, de otra forma no daríamos un paso semejante.
Supongo que podremos hacer lo mismo en las plantas contaminantes de Gualeguaychú y no solo en estas, sino en todo emprendimiento que atente contra la calidad de las aguas en la región, en función de esto, en la próxima cumbre del Mercosur a realizarse en San Juan en el mes de julio, el mismo Mujica va a plantear a los países miembros del bloque la adopción de normas ambientales comunes para el monitoreo de las aguas. Esto si que es estar un paso adelante y mostrar verdadero interés en el medioambiente.
Además como no podrán demostrar las apocalipsis que vienen denunciando hace años, ahora sí que los muchachos de Arroyo Verde no se deben preocupar por el problema ambiental, ya hay quienes lo hacen y muy bien; Antón Pirulero, cada cual que atienda su juego.
Lo mejor es que los iluminados se preocupen cuando deban dar explicaciones a la sociedad y a la justicia argentina que querelló contra los piqueteros de Arroyo Verde, la justicia tendrá más información para terminar estos juicios civiles y penales. Y veremos quién es el responsable del homicidio culposo de Walter Maulucci.
15 de junio, 2010
José Mujica
El control requiere oposición de intereses
Hace rato que aprendimos que los seres humanos, de a uno o en paquete, amuchados u organizados, tiran para su propio bolsillo, su propio grupo, y hasta su propio código genético. No por casualidad "Nosotros" es una palabra mucho más entrañable que "Ellos".
Cuando nuestra actividad actúa sobre los intereses de otros, la tapa del libro establece que debemos ser cuidadosos en la manera en que afectamos esos intereses. Pero no conozco dirigente, funcionario, organización, empresa o país al que le guste que lo controlen sobre la manera en que hace las cosas. Todos aborrecemos que nos presionen o nos pongan límites y estamos dispuestos a jurar por lo más sagrado que si nos dejan solos y tranquilos seremos los más celosos custodios de los intereses ajenos. Estoy dispuesto a creerle estas declaraciones a la Virgen María, a la Madre Teresa y a nadie más.
Por lo pronto, no me las creería a mi mismo.
Hace rato que aprendimos que los seres humanos, de a uno o en paquete, amuchados u organizados, tiran para su propio bolsillo, su propio grupo, y hasta su propio código genético. No por casualidad "Nosotros" es una palabra mucho más entrañable que "Ellos".
El autocontrol, puede ser un concepto muy valioso en la discusión ética pero tiene patas cortas en la vida material. El sistema de control que vale es el que hace espacio a la oposición de intereses, porque es la única manera de contener la natural inclinación a ser indulgentes con nosotros mismos.
Son los afectados más directamente por nuestras acciones los que más derecho tienen a estar involucrados en la protección de sus intereses.
Lo contrario es incurrir en ese tipo de actitud que los españoles llaman "Yo me lo guiso, yo me lo como". Mejor cocinamos a medias y nos hacemos la fiesta juntos.
Ensanchamos el "nosotros" y recortamos el "ellos".
José Mujica
El control requiere oposición de intereses
Hace rato que aprendimos que los seres humanos, de a uno o en paquete, amuchados u organizados, tiran para su propio bolsillo, su propio grupo, y hasta su propio código genético. No por casualidad "Nosotros" es una palabra mucho más entrañable que "Ellos".
Cuando nuestra actividad actúa sobre los intereses de otros, la tapa del libro establece que debemos ser cuidadosos en la manera en que afectamos esos intereses. Pero no conozco dirigente, funcionario, organización, empresa o país al que le guste que lo controlen sobre la manera en que hace las cosas. Todos aborrecemos que nos presionen o nos pongan límites y estamos dispuestos a jurar por lo más sagrado que si nos dejan solos y tranquilos seremos los más celosos custodios de los intereses ajenos. Estoy dispuesto a creerle estas declaraciones a la Virgen María, a la Madre Teresa y a nadie más.
Por lo pronto, no me las creería a mi mismo.
Hace rato que aprendimos que los seres humanos, de a uno o en paquete, amuchados u organizados, tiran para su propio bolsillo, su propio grupo, y hasta su propio código genético. No por casualidad "Nosotros" es una palabra mucho más entrañable que "Ellos".
El autocontrol, puede ser un concepto muy valioso en la discusión ética pero tiene patas cortas en la vida material. El sistema de control que vale es el que hace espacio a la oposición de intereses, porque es la única manera de contener la natural inclinación a ser indulgentes con nosotros mismos.
Son los afectados más directamente por nuestras acciones los que más derecho tienen a estar involucrados en la protección de sus intereses.
Lo contrario es incurrir en ese tipo de actitud que los españoles llaman "Yo me lo guiso, yo me lo como". Mejor cocinamos a medias y nos hacemos la fiesta juntos.
Ensanchamos el "nosotros" y recortamos el "ellos".
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