María Elena es una doña de Gualeguaychú. Es piquetera, sí señor, pero no por eso deja de ser una doña.
No la conozco, nunca vi una foto suya y si es que la vi, no supe que era ella.
Solo he desgrabado un par de intervenciones de ella en dos asambleas piqueteras, pero eso ha sido suficiente para hacerme una idea de cómo es la doña.
No es de las “iluminadas” de la asamblea; su manera de hablar deja bastante que desear y las cosas que dice, lo confieso, me llegaron a dar mucha risa.
Ella fue la que dijo que en Botnia trabajan a toda capacidad en la noche, que se escuchan explosiones; que el agua de Las Cañas está clarita porque le echan un producto, mientras que toda la porquería la mandan para Gualeguaychú.
Suena convencida. No pretendo sacarle ni una gota de responsabilidad, sin embargo, creo que otros deben ser juzgados y procesados por alentar este conflicto y conseguir que doñas como ella se la jueguen de esta manera y estén sintiendo ahora que la tierra se les abre sin terremoto alguno.
Estas doñas son las que, al decir de una amiga mía, necesitan siempre un alero. Esta vez el alero es Arroyo Verde, es la “lucha contra la contaminación”, es el “sí a la vida”, es el conjunto de todas sus consignas.
El caso es que ya no me río más de los dichos de María Elena, sin embargo, estoy convencida de que tenemos que conocerlos, porque son un paradigma de hasta dónde se llega con la metodología de los piqueteros.
¡Nos han hecho perder mucho tiempo! Soy de las que creo que es posible que el Uruguay sea un país desarrollado y no voy a cejar de combatir a todos aquellos que pongan palos en esta rueda, ya sea con desidia, viviendo con los papeles atrasados o mintiendo.
El puntapié inicial de este conflicto lo dieron nuestros queridos compatriotas de la Asamblea Popular. Delia Villalba y Julia Cócaro cruzaron al principio a Gualeguaychú a advertirles a los hermanos entrerrianos que el río estaba en peligro.
La primera es célebre: publicó un libro, fue candidata a vicepresidenta y a intendenta de Soriano. La segunda es más egoísta y se dedica más a hacer la suya.
No están solas: Pablo Antoria, que vive en Montevideo y regentea la Asamblea del Callejón, se dedica a criticar, no sólo a Mujica, -de quien ha dicho que se ha olvidado de los muertos-, sino a todos los uruguayos. Hace pocos días en Gualeguaychú, a donde fue para solidarizarse con las demandas que el gobierno argentino hizo a los piqueteros, manifestó públicamente que tenemos una “prepotencia de perrito chico arrogante”.
Me decían el otro día: “son cuatro, hay que ignorarlos”.
Sí, serán cuatro, o veinte, pero molestan. Sin entrar en otras luchas en las que están abocados, -en definitiva todas se basan en llevar la contra-, solo con el aporte que han hecho a los piqueteros de Gualeguaychú merecen que les dedique mi tiempo. Soy conciente de que cada minuto que pasa prestándoles atención a todos ellos, es un minuto que le restamos al avance de nuestro país, pero no veo otra forma de que terminen por reducirse a la más mínima expresión, -aún más- y desaparecer.
Habremos de conseguir elevar el nivel cultural de nuestra gente al punto de que ninguna María Elena repita enajenada como un loro sus vivencias que, mezcladas con la irrealidad que le han transmitido, se le hacen tan ciertas.
Se logrará que todos sepan lo que es un estudio científico y el método que se utiliza en él.
No va a ser fácil, por supuesto, hay muchos escollos que sortear, pero es inadmisible que este, de siete años de duración, nos ponga un freno que no merecemos, sin, por lo menos, informarnos un poco más y debidamente. Esto sí que no es difícil.
Cortesía: Ana Silva
16/06/10 - Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú
María Elena: Buenas noches, disculpen pero poca voz me queda pero mucha fuerza para seguir.
Yo también había escrito, no es costumbre mía, hablo lo que siento de corazón, pero en verdad que después de tantos discursos que he escuchado y luego escucharlo por la radio que han cambiado sus versiones, un poco me atemorizó que tal vez me pueda llegar a confundir cambiar mis ideas, como tal vez muchos los han hecho. Pero lo siento tanto en el alma y en el corazón y mi convicción no va a cambiar jamás, porque a pesar del castigo que uno ya recibe, a pesar del riesgo que uno corre de perder el trabajo y a pesar de tantas otras cosas que hemos perdido y vamos a seguir perdiendo en esta lucha, mi condición sigue siendo la misma porque yo trabajo a 500 metros y no me voy a cansar jamás de repetirles a ustedes lo que significa Botnia, porque Botnia no viene a mirar acá quién levanta la mano pa bajar de la ruta o quedarnos en la ruta. Acá no viene Botnia a decirles a ustedes: a vos no te voy a contaminar, ni a tus hijos ni a tus nietos, porque vos estuviste a favor de Pepe Mujica o que salgamos de la ruta o de Cristina, vos sos peronista, radical. Acá Botnia nos está contaminando a todos, pero por sobre todo está contaminando a los niños, está contaminando a los que todavía no tienen voces, a los que todavía no han llegado a este mundo. ¿Qué derecho tenemos nosotros de dejarles un mundo mugriento para que el gran capitalismo se lleve la plata a otro mundo?
(Ovación)
Sepan que los más vulnerados son los pobres, los menos alimentados, los que no tienen salud, lo que este gobierno promete: educación y salud y cada día se la está quitando más y yo les puedo decir que Botnia no para, de noche nos vive nebulizando y se los digo con el dolor del alma porque lo he sentido en mi cuerpo, pobres de aquellos niños que ya están acumulando, sepan, la dioxina se acumula, no se sale del cuerpo, produce cáncer, producen de todo. Nuestros campos se van a desvalorizar un día que terminen con la asamblea. Ya hicimos un gesto, el único gesto que estamos recibiendo Gualeguaychú es olvido, cachetazo y siempre nosotros. Sépanlo, acá, Botnia no elige, no elige uruguayos ni argentinos. Fray Bentos cae igual que nosotros y el riesgo que corremos y no me voy a cansar de decirlo aunque se cansen de escucharme.
Miren lo que está pasando en el golfo, donde está la mayor tecnología, ¿dónde están que no puede retenerlo ni Obama ni nadie?
Miren cómo contaminan, entonces, sepan, está en vida nuestro vida, nuestro futuro, nuestros niños, acá no es un partido político, no es por el contrario, si viene Kirchner o viene la oposición. Es la vida de Gualeguaychú.
Seguramente habrá interesados en que esto se termine, porque tendrán aspiraciones políticas, intereses, negociaciones, pero el pueblo está en crisis acá, el pueblo es que va a recibir esto.
Si nos bajamos de la ruta, nunca más, señores. Nunca más, entiéndanlo, es mentira, ya se habla de que en 48 horas se va a empezar a desmantelar Botnia, -perdón, porque es mi deseo, dios se cumpla, dios se cumpla, a veces, puede ser-. Pero Arroyo Verde no se debe tocar, no se debe ser, no nos deben pisotear nuestra dignidad sentados a un costado.
Porque cuando nos bajáramos, éramos cinco mujeres que dormíamos en la trinchera hecha por algunos compañeros y mujeres. Es así, ¿o no? Cinco mujeres que dormíamos ahí cuidando al costado.
¿Saben lo que hacíamos? Nos tapábamos y quedábamos ahí cuidando la trinchera. ¿Cuántos hombres fueron a cuidar la trinchera mientras Botnia seguía construyéndose cuando nos sacaron, hasta que pudimos subir de nuevo?
Por favor, piensen. Esto no es que se siente con el corazón y nos enamoramos del corte, no, yo me enamoro de la vida, de la vida sana…
…Y ni un paso atrás, compañeros.
(Ovación.)
No la conozco, nunca vi una foto suya y si es que la vi, no supe que era ella.
Solo he desgrabado un par de intervenciones de ella en dos asambleas piqueteras, pero eso ha sido suficiente para hacerme una idea de cómo es la doña.
No es de las “iluminadas” de la asamblea; su manera de hablar deja bastante que desear y las cosas que dice, lo confieso, me llegaron a dar mucha risa.
Ella fue la que dijo que en Botnia trabajan a toda capacidad en la noche, que se escuchan explosiones; que el agua de Las Cañas está clarita porque le echan un producto, mientras que toda la porquería la mandan para Gualeguaychú.
Suena convencida. No pretendo sacarle ni una gota de responsabilidad, sin embargo, creo que otros deben ser juzgados y procesados por alentar este conflicto y conseguir que doñas como ella se la jueguen de esta manera y estén sintiendo ahora que la tierra se les abre sin terremoto alguno.
Estas doñas son las que, al decir de una amiga mía, necesitan siempre un alero. Esta vez el alero es Arroyo Verde, es la “lucha contra la contaminación”, es el “sí a la vida”, es el conjunto de todas sus consignas.
El caso es que ya no me río más de los dichos de María Elena, sin embargo, estoy convencida de que tenemos que conocerlos, porque son un paradigma de hasta dónde se llega con la metodología de los piqueteros.
¡Nos han hecho perder mucho tiempo! Soy de las que creo que es posible que el Uruguay sea un país desarrollado y no voy a cejar de combatir a todos aquellos que pongan palos en esta rueda, ya sea con desidia, viviendo con los papeles atrasados o mintiendo.
El puntapié inicial de este conflicto lo dieron nuestros queridos compatriotas de la Asamblea Popular. Delia Villalba y Julia Cócaro cruzaron al principio a Gualeguaychú a advertirles a los hermanos entrerrianos que el río estaba en peligro.
La primera es célebre: publicó un libro, fue candidata a vicepresidenta y a intendenta de Soriano. La segunda es más egoísta y se dedica más a hacer la suya.
No están solas: Pablo Antoria, que vive en Montevideo y regentea la Asamblea del Callejón, se dedica a criticar, no sólo a Mujica, -de quien ha dicho que se ha olvidado de los muertos-, sino a todos los uruguayos. Hace pocos días en Gualeguaychú, a donde fue para solidarizarse con las demandas que el gobierno argentino hizo a los piqueteros, manifestó públicamente que tenemos una “prepotencia de perrito chico arrogante”.
Me decían el otro día: “son cuatro, hay que ignorarlos”.
Sí, serán cuatro, o veinte, pero molestan. Sin entrar en otras luchas en las que están abocados, -en definitiva todas se basan en llevar la contra-, solo con el aporte que han hecho a los piqueteros de Gualeguaychú merecen que les dedique mi tiempo. Soy conciente de que cada minuto que pasa prestándoles atención a todos ellos, es un minuto que le restamos al avance de nuestro país, pero no veo otra forma de que terminen por reducirse a la más mínima expresión, -aún más- y desaparecer.
Habremos de conseguir elevar el nivel cultural de nuestra gente al punto de que ninguna María Elena repita enajenada como un loro sus vivencias que, mezcladas con la irrealidad que le han transmitido, se le hacen tan ciertas.
Se logrará que todos sepan lo que es un estudio científico y el método que se utiliza en él.
No va a ser fácil, por supuesto, hay muchos escollos que sortear, pero es inadmisible que este, de siete años de duración, nos ponga un freno que no merecemos, sin, por lo menos, informarnos un poco más y debidamente. Esto sí que no es difícil.
Cortesía: Ana Silva
16/06/10 - Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú
María Elena: Buenas noches, disculpen pero poca voz me queda pero mucha fuerza para seguir.
Yo también había escrito, no es costumbre mía, hablo lo que siento de corazón, pero en verdad que después de tantos discursos que he escuchado y luego escucharlo por la radio que han cambiado sus versiones, un poco me atemorizó que tal vez me pueda llegar a confundir cambiar mis ideas, como tal vez muchos los han hecho. Pero lo siento tanto en el alma y en el corazón y mi convicción no va a cambiar jamás, porque a pesar del castigo que uno ya recibe, a pesar del riesgo que uno corre de perder el trabajo y a pesar de tantas otras cosas que hemos perdido y vamos a seguir perdiendo en esta lucha, mi condición sigue siendo la misma porque yo trabajo a 500 metros y no me voy a cansar jamás de repetirles a ustedes lo que significa Botnia, porque Botnia no viene a mirar acá quién levanta la mano pa bajar de la ruta o quedarnos en la ruta. Acá no viene Botnia a decirles a ustedes: a vos no te voy a contaminar, ni a tus hijos ni a tus nietos, porque vos estuviste a favor de Pepe Mujica o que salgamos de la ruta o de Cristina, vos sos peronista, radical. Acá Botnia nos está contaminando a todos, pero por sobre todo está contaminando a los niños, está contaminando a los que todavía no tienen voces, a los que todavía no han llegado a este mundo. ¿Qué derecho tenemos nosotros de dejarles un mundo mugriento para que el gran capitalismo se lleve la plata a otro mundo?
(Ovación)
Sepan que los más vulnerados son los pobres, los menos alimentados, los que no tienen salud, lo que este gobierno promete: educación y salud y cada día se la está quitando más y yo les puedo decir que Botnia no para, de noche nos vive nebulizando y se los digo con el dolor del alma porque lo he sentido en mi cuerpo, pobres de aquellos niños que ya están acumulando, sepan, la dioxina se acumula, no se sale del cuerpo, produce cáncer, producen de todo. Nuestros campos se van a desvalorizar un día que terminen con la asamblea. Ya hicimos un gesto, el único gesto que estamos recibiendo Gualeguaychú es olvido, cachetazo y siempre nosotros. Sépanlo, acá, Botnia no elige, no elige uruguayos ni argentinos. Fray Bentos cae igual que nosotros y el riesgo que corremos y no me voy a cansar de decirlo aunque se cansen de escucharme.
Miren lo que está pasando en el golfo, donde está la mayor tecnología, ¿dónde están que no puede retenerlo ni Obama ni nadie?
Miren cómo contaminan, entonces, sepan, está en vida nuestro vida, nuestro futuro, nuestros niños, acá no es un partido político, no es por el contrario, si viene Kirchner o viene la oposición. Es la vida de Gualeguaychú.
Seguramente habrá interesados en que esto se termine, porque tendrán aspiraciones políticas, intereses, negociaciones, pero el pueblo está en crisis acá, el pueblo es que va a recibir esto.
Si nos bajamos de la ruta, nunca más, señores. Nunca más, entiéndanlo, es mentira, ya se habla de que en 48 horas se va a empezar a desmantelar Botnia, -perdón, porque es mi deseo, dios se cumpla, dios se cumpla, a veces, puede ser-. Pero Arroyo Verde no se debe tocar, no se debe ser, no nos deben pisotear nuestra dignidad sentados a un costado.
Porque cuando nos bajáramos, éramos cinco mujeres que dormíamos en la trinchera hecha por algunos compañeros y mujeres. Es así, ¿o no? Cinco mujeres que dormíamos ahí cuidando al costado.
¿Saben lo que hacíamos? Nos tapábamos y quedábamos ahí cuidando la trinchera. ¿Cuántos hombres fueron a cuidar la trinchera mientras Botnia seguía construyéndose cuando nos sacaron, hasta que pudimos subir de nuevo?
Por favor, piensen. Esto no es que se siente con el corazón y nos enamoramos del corte, no, yo me enamoro de la vida, de la vida sana…
…Y ni un paso atrás, compañeros.
(Ovación.)
3 comentarios:
Lamentable. Si trabaja a 500 metros, como es que sigue viva? Donde trabaja? Que hay a 500 metros de bonia?
Gordo raviolero, aviso :
Nos causaste tanta, pero tanta gracia con esas fotos de tu peluca revuelta y tu humildad de vestimenta que estamos por hacerte una colecta de ropa y calzado !
Aunque te digo que la panza al aire de la "boya" Balseiro y el pedorro autito de Ventura, acompañaron la fiestita... juaaaa
Les quedan 51 días y VOLVEMOSssssss... !
___________________________________
“Solamente los ignorantes o los corruptos pueden decir que UPM ex-Botnia no contamina”
NO AL ESTADO URUGUAYO VIOLADOR !
FUERA UPM ex-BOTNIA !
Les quedan 51 días y VOLVEMOSssssss... !
___________________________________
“Solamente los ignorantes o los corruptos pueden decir que UPM ex-Botnia no contamina”
NO AL ESTADO URUGUAYO VIOLADOR !
FUERA UPM ex-BOTNIA !
Publicar un comentario