¿Que no hubo guerra?

Estos meses últimos ha sido lamentablemente propicios para escuchar sandeces.

Como a más de cuatro shushetas y pitucos hablando de que no hubo guerra cuando el conflicto de la ex-Botnia.

La verdad es que si no la quisieron ver es porque estaría vacacionando en Babia.

O porque los aprietan intereses económicos o políticos. Y en esos casos, abstenerse.

Y menos entrar en comentarios ridículos de cuanto taringo anda en la vuelta que quieren diluir las responsabilidades.

Justas son las expresiones de Vázquez cuando dice que "tuvimos un conflicto muy serio con Argentina y un presidente tiene la obligación de plantearse todos los escenarios posibles que le puedan presentar ante un determinado problema; no esperar a que el problema surja para ver qué hacemos", dijo Vázquez. Inmediatamente, siguió con crudeza: "Yo me planteé todos los escenarios, desde que no pasara nada, y al otro día nos levantáramos y estuviera solucionado el problema, hasta que hubiera un conflicto bélico".

No era jugar a la mosqueta. Ni menos a la política sucia del muerto Kirchner.

No eran maniobras de bolsillo las que hacían los argentinos frente a Paysandú, ni la vieja anunciando que iba a poner una bomba en Botnia, o el estúpido metido a piloto kamikase pensando en estrellar un avión contra la chimenea. ¿O nos olvidamos con facilidad?

Bajo un cielo cargado de nubes y ante una muchedumbre enfervorizada, el presidente Néstor Kirchner habló de unidad para defender el medio ambiente. ¿Lo olvidamos?

"Hemos venido a Gualeguaychú a comprometernos a mantener los estándares de nuestro medio ambiente para que permanezca sano y salvaje", agregó. Kirchner aludía al compromiso que allí mismo rubricaron todos los integrantes del Gobierno Nacional argentino y los gobernadores provinciales, una declaración de propósitos para impulsar una normativa de preservación ambiental a nivel nacional.

De algún modo Kirchner reafirmó su idea de que el diferendo es de carácter bilateral al asegurar que "es una cuestión que atañe a uruguayos y argentinos, y que la Argentina asume como un problema propio".

"No estamos hablando de afectar la soberanía de ningún país, estamos hablando de defender el medio ambiente sano", aclaró de inmediato.

En este aspecto, Kirchner aludió a uno de los puntos centrales de la demanda que ahora está a estudio de La Haya y que tiene que ver con la supuesta violación cometida por Uruguay al aprobar la construcción de las plantas sin consentimiento argentino.

Fue una guerra no tradicional, modernizada, sucia. Donde se enchastraba la eriedad del medioambiente con las mentiras de cuatro patanes bancados por el gobierno argentino, mal que les pese a los diplomáticos de pacotilla. Injurias permanentes que muchos debidos soportar en la defensa de la soberanía; cuando los que debían ir a Fray Bentos y poner cojones, preferían el asado en la estancia o el whisky en la Punta o hacerles mimos a viejas potrancas.

Kirchner fue dañino para Uruguay. La historia lo juzgará.

Pero que no hubo guerra... Por favor!!!

¿Qué hubiera ocurrido si un Galtieri hubiera dado la orden?

Brasil y los demás vecinos miraban para otro lado... No querían líos con el despotismo kirscheriano.

Vale la pena recorrer aquellos días.

Vale la pena internarse en la historia día a día de aquellos aconteceres.

Y recién después hablar.

Tanto los cruxificados en el 8% de las encuestas, como ciertos sectores de la minoría que olvidó a Saravia viejo y a Herrera.

O los radicales de algún callejón extraviado.

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