PROYECTO GNL DEL PLATA TERMINAL DE RECEPCIÓN Y REGASIFICACIÓN DE GAS NATURAL LICUADO
Proyecto GNL del Plata
Uno de los pilares Política Energética Uruguay 2030 es el incremento de la soberanía energética, con los objetivos de garantizar el suministro de todos los energéticos y de reducir sus costos, aumentando así la competitividad del país y la calidad de vida de su gente.
Esto se está logrando mediante una fuerte apuesta a las energías renovables. La energía eólica, la solar térmica y fotovoltaica, la generación de electricidad y calor a partir de residuos agroindustriales de biomasa, así como los biocombustibles, comienzan a formar parte del paisaje nacional, sumándose a la tradicional energía hidroeléctrica, cuyo aprovechamiento en Uruguay ha llegado ya a su techo.
En el año 2016, una vez culminada la primera fase de esta transformación energética, más del 50% de toda la energía que consuma el país, ya sea en hogares, comercios, industrias, el agro, en el transporte, o para generar electricidad, será de origen renovable.
Naturalmente, si nuestro país tendrá 50% de energías renovables en su matriz energética global, precisará otro 50% que será no renovable. La elección de este complemento es particularmente sensible en el sector eléctrico, en el que la alta variabilidad de los recursos naturales hace que se requiera una fuente energética gestionable por el hombre que permita complementar los momentos en que no hay viento ni sol, particularmente durante los años de menos lluvias.
El gas natural: el mejor complemento
El gas natural es el combustible fósil de menor impacto ambiental (tanto en relación al impacto local como a la emisión de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático).
En los últimos años se han multiplicado las reservas mundiales de gas natural, lo que permite esperar una abundancia del recurso para las próximas décadas.
Como consecuencia de lo anterior, el precio del gas natural es notoriamente inferior al del petróleo y se espera que esta tendencia se consolide o incluso que el gas baje de precio. Más aún, a diferencia del petróleo, es posible firmar contratos de compra de gas de largo plazo y de esta forma estabilizar su precio.
En el sector eléctrico el gas natural es el mejor complemento para la variabilidad de las fuentes renovables dado que las turbinas a gas se encienden en unos pocos minutos y la vida útil de las máquinas es muy superior que cuando se utilizan con otros combustibles.
Por último, es un combustible muy dúctil: puede ser utilizado tanto para generar electricidad como directamente a nivel industrial, en el hogar (para cocinar, calentar agua y calefacción) e incluso en el transporte.
Sin embargo, la dificultad que se planteaba hasta ahora nuestro país era que dependíamos de un único proveedor de gas natural, Argentina, quien está teniendo dificultades para abastecer su demanda interna por lo que no está en condiciones de exportar gas. De todas formas, aunque Argentina consiga revertir esta situación en menos de una década, continuar dependiendo de un único proveedor le colocaría demasiada incertidumbre a la nueva matriz energética que estamos construyendo.
En este contexto, la alternativa más viable es la de importar gas natural en estado líquido (GNL) de fuera de la región. Esta tecnología, que se ha extendido particularmente durante los últimos años, permite vender gas natural en barco, trasladándolo a grandes distancias. Existen más de 20 proveedores mundiales de GNL lo que nos asegura el abastecimiento ante cualquier circunstancia y nos permite obtener precios más bajos, gracias a la competencia entre varios posibles proveedores.
La terminal regasificadora de Punta Sayago nos permitirá almacenar gas natural licuado durante meses y regasificarlo (es decir, volver a transformarlo al estado gaseoso e inyectarlo a nuestras redes de gasoductos) a medida que la demanda nacional o regional lo requiera.
Esta terminal se transformará entonces en un instrumento central de la transformación energética, apuntalando la introducción de energías renovables, contribuyendo a la reducción de la dependencia climática y disminuyendo los costos del gas natural para industrias y hogares, así como los de la electricidad.
Asimismo, gracias a las interconexiones eléctricas con Argentina y Brasil (esta última en construcción) y el gasoducto que nos conecta con Argentina, la terminal regasificadora, en conjunto con el resto de la transformación energética, permitirá a Uruguay jugar un rol relevante en la integración energética regional, convirtiéndose en un centro de distribución de diferentes energéticos.
Acceda a PDF con mayor información sobre el proyecto aquí
2 comentarios:
Seguramente se justifica instalar una regasificadora para diversificar el sistema energético. Ahora que instalarla en Puntas de Sayago encarece la planta en mas de 500 millones de dólares para los rompeolas. ¿Porque no se hace en el Puerto de Aguas Profundas? Se ahorran el futuro dragado y con menos dinero se hace el Gasoducto del Palenque a Montevideo con lo que se integran al gas Rocha, Maldonado y el este d ePunta del Este. Digo esto para evr si de una vez comenzamos a pensar como un país.
Estas en lo cierto.
Pero es una decisión económica de costo de oportunidad, me parece.
De aquí a que esté el puerto pasaran varios años en los cuales se presume que se gastarán más de 500 millones por no contar con la regasificadora, creo que es ese el razonamiento.
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