Algunas reflexiones con relación a las noticias sobre la contaminación del río Negro.
La contaminación del río Negro ha sido manejada en forma incorrecta (un disparate decir "pobre Las Cañas", que obviamente está sobre el río Uruguay aguas arriba de la desembocadura del río Negro). Por otra parte el tema del río Negro ha sido magnificado de modo exagerado e inexacto.
Es obvio que los lagos de los embalses enlentecen la corriente y en sus bahías más abrigadas puede haber crecimiento de cianobacterias (también llamadas algas verdiazules) sobre todo en la estación veraniega.
En las aguas lacunares más abiertas es mucho más difícil que crezcan estas "algas" debido al oleaje y al mayor volumen relativo de agua por la mayor profundidad.
En el río Uruguay y en el río Negro SIEMPRE hubo y seguirá habiendo formación de cianobacterias. Este fenómeno puede incrementarse por el aporte de nutrientes (en especial fósforo) proveniente (en su mayor parte) de la aplicación de otros químicos en la agricultura y el aporte cloacal de las ciudades.
El río Negro podría tener mayores problemas por su menor caudal, pero tiene la ventaja de que hay pocas ciudades (Tacuarembó que está bastante lejos aguas arriba del Tacuarembó Chico y Rivera que está aún más lejos en las nacientes del Cuñapirú), Durazno sobre el río Yí y San Gregorio de Polanco sobre el embalse de Rincón del Bonete.
Nótese que Mercedes está aguas abajo de los embalses.. El aporte de fósforo (principalmente) se debe a los cultivos (sobre todo arroz) en la cuenca (en Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo). Pero no es dramático ni mucho menos. La exageración proviene de la desinformación unida al tremendismo mediático.
La toxicidad de las cianobacterias es relativa. Afecta la calidad de las aguas para el baño y obviamente no se deben beber pero en general no presentan problemas que no se puedan prevenir con una advertencia a los bañistas y precauciones en las plantas de potabilización. Creo que correspondería informar a la población correcta y verídicamente para que no se creen alarmas totalmente injustificadas.
Danilo Antón (en Facebook)
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