Conferencia Sr. Elías Matta
Dr. Oscar N. Ventura
La opinión de un técnico uruguayo de prestigio internacional
Sr. Director:
Agradezco su espacio para comentar sobre las recientes opiniones “técnicas” erróneas del I.Q. Matta sobre Botnia en Gualeguaychú.
Afirma él que la producción de Botnia equivale a una fábrica de 500.000 toneladas de 1970. Es falso. Usando los datos públicos de las Asociaciones Forestales sueca y finesa, se ve que dicha equivalencia es en promedio con una fábrica de 9.500 toneladas de 1970. Matta se equivoca, ignora los datos, o miente deliberadamente también cuando dice que sumando todas las plantas de Argentina de cualquier época nunca produjeron la supuesta “contaminación” actual de Botnia.
Cualquier principiante sabe que Celulosa Puerto Piray tira aún hoy todo su efluente al río, sin tratarlo ni recuperar químicos. 35.000 toneladas anuales de pasta implican otro tanto de materia orgánica al río, a la que debe sumarse los químicos de cocimiento y blanqueo. Más de 35.000 toneladas al río en sólo una planta, muy por encima de las 4.000 que Matta atribuye a Botnia.
Las tres plantas en que Matta trabajó, Papelera Tucumán, Papel Prensa y Papelera Ocampo, emiten en conjunto por lo menos el triple que Botnia, para una producción tres veces menor. Ignora Matta entonces hasta los parámetros ambientales de las plantas en que trabajó.
Erra también al opinar que el río Uruguay es un receptor poco adecuado (el 26avo más caudaloso del mundo!) ocultando su propia responsabilidad directa en el desastre ambiental del arroyo Calimayo, un hilo de agua donde vierte sus efluentes Papelera Tucumán, que aún hoy blanquea con hipoclorito.
Calculando de acuerdo a la ONU, Matta fue corresponsable directo de verter 10.000 veces más dioxinas que las que erróneamente atribuye a Botnia. Sin ir a Tucumán, en el propio Gualeguaychú el P.I.G. tiene emisiones 10 veces superiores a las de Botnia, en un río 80 veces menor, al punto que a raíz de la constatación pública de su obsolescencia por la presencia de Botnia, planean construir una nueva planta de efluentes. Nada raro, ya que Entre Ríos es el campeón de las violaciones ambientales al tratado binacional del río Uruguay; sólo 150 de sus 3.800 industrias han tramitado permisos ambientales (<4%)>Tabla 3.1 del informe Ecometrix.
Cualquier estudiante de química sabe que eso indica que la medición dio valores por debajo del límite de detección de la técnica.
Matta no lo sabe o miente al pretender que es una forma de ocultar datos. Lo que ellos indican justamente, es que dioxinas, furanos y metales pesados son indetectables en el efluente de Botnia, de acuerdo a los análisis científicos estándar acordados internacionalmente y lo que Uruguay había prometido controlar. Incluso en algunos casos con límites de detección 10 veces más rigurosos que los de USA.
Es un disparate sostener que algo que no puede medirse, de tan escaso que es, produzca efectos negativos en el medio (es decir, contamine). Sin embargo parece ser que ésa, que Botnia contamina, es la conclusión que deseaba escuchar la audiencia, en lugar de sentirse satisfecha porque las mediciones confirman que la tecnología funciona y no corre riesgo su salud ni la de sus hijos.
Matta habla de que Botnia tira mucha basura –ignorando o mintiendo sobre la concentración de la misma en el río antes que la fábrica funcionara– cuando el Director del Instituto de Tecnología Celulósica de la Universidad Nacional del Litoral (a cuyos cuadros se enorgullece de pertenecer Matta) opina lo contrario. Habiendo éste visitado Botnia con otros siete colegas –curiosamente, el también invitado Matta se niega a ir a verla con sus propios ojos– y con las mismas cifras a la vista, afirma en el sitio oficial de la Universidad que “Los valores informados de las emisiones, tanto líquidas como gaseosas, se encuentran por debajo de los límites aceptados internacionalmente. Resultan notables los bajos niveles informados de carga orgánica (DQO y DBO) y de compuestos clorados (AOX) en los efluentes líquidos”. Estos verdaderos expertos, como los otros muchos que Argentina tiene, muestran decenas de publicaciones científicas internacionales en el área, de lo que Matta carece absolutamente.
Como académico su prestigio es nulo, como profesional en la industria ha sido corresponsable de desastres ambientales verdaderos, no presuntos. Por lo que frente a tanta ignorancia y/o mala fe, cabe exigirle a Matta que se asesore con sus colegas verdaderamente expertos antes de pontificar.
Claro que esta misma ignorancia y/o mala fe pueden haber sido los determinantes de que los gobiernos nacional, provincial y municipal, así como la asamblea piquetera lo hayan elegido como referente, en lugar de a los expertos argentinos que verdaderamente saben. Lo que debería ser motivo de alegría, que Botnia no contamina, es transformado en terror para la comunidad por el afán de protagonismo mediático de ésta y otras personas.
Su medio, Sr. Director, no debería ser cómplice de esta inmoralidad e informar correctamente a la comunidad. Por si fuera de su interés, acompaño ésta de un detallado reporte de los más sobresalientes errores cometidos por Matta, con la profusa bibliografía que sustenta mis opiniones.
Sr. Director:
Agradezco su espacio para comentar sobre las recientes opiniones “técnicas” erróneas del I.Q. Matta sobre Botnia en Gualeguaychú.
Afirma él que la producción de Botnia equivale a una fábrica de 500.000 toneladas de 1970. Es falso. Usando los datos públicos de las Asociaciones Forestales sueca y finesa, se ve que dicha equivalencia es en promedio con una fábrica de 9.500 toneladas de 1970. Matta se equivoca, ignora los datos, o miente deliberadamente también cuando dice que sumando todas las plantas de Argentina de cualquier época nunca produjeron la supuesta “contaminación” actual de Botnia.
Cualquier principiante sabe que Celulosa Puerto Piray tira aún hoy todo su efluente al río, sin tratarlo ni recuperar químicos. 35.000 toneladas anuales de pasta implican otro tanto de materia orgánica al río, a la que debe sumarse los químicos de cocimiento y blanqueo. Más de 35.000 toneladas al río en sólo una planta, muy por encima de las 4.000 que Matta atribuye a Botnia.
Las tres plantas en que Matta trabajó, Papelera Tucumán, Papel Prensa y Papelera Ocampo, emiten en conjunto por lo menos el triple que Botnia, para una producción tres veces menor. Ignora Matta entonces hasta los parámetros ambientales de las plantas en que trabajó.
Erra también al opinar que el río Uruguay es un receptor poco adecuado (el 26avo más caudaloso del mundo!) ocultando su propia responsabilidad directa en el desastre ambiental del arroyo Calimayo, un hilo de agua donde vierte sus efluentes Papelera Tucumán, que aún hoy blanquea con hipoclorito.
Calculando de acuerdo a la ONU, Matta fue corresponsable directo de verter 10.000 veces más dioxinas que las que erróneamente atribuye a Botnia. Sin ir a Tucumán, en el propio Gualeguaychú el P.I.G. tiene emisiones 10 veces superiores a las de Botnia, en un río 80 veces menor, al punto que a raíz de la constatación pública de su obsolescencia por la presencia de Botnia, planean construir una nueva planta de efluentes. Nada raro, ya que Entre Ríos es el campeón de las violaciones ambientales al tratado binacional del río Uruguay; sólo 150 de sus 3.800 industrias han tramitado permisos ambientales (<4%)>Tabla 3.1 del informe Ecometrix.
Cualquier estudiante de química sabe que eso indica que la medición dio valores por debajo del límite de detección de la técnica.
Matta no lo sabe o miente al pretender que es una forma de ocultar datos. Lo que ellos indican justamente, es que dioxinas, furanos y metales pesados son indetectables en el efluente de Botnia, de acuerdo a los análisis científicos estándar acordados internacionalmente y lo que Uruguay había prometido controlar. Incluso en algunos casos con límites de detección 10 veces más rigurosos que los de USA.
Es un disparate sostener que algo que no puede medirse, de tan escaso que es, produzca efectos negativos en el medio (es decir, contamine). Sin embargo parece ser que ésa, que Botnia contamina, es la conclusión que deseaba escuchar la audiencia, en lugar de sentirse satisfecha porque las mediciones confirman que la tecnología funciona y no corre riesgo su salud ni la de sus hijos.
Matta habla de que Botnia tira mucha basura –ignorando o mintiendo sobre la concentración de la misma en el río antes que la fábrica funcionara– cuando el Director del Instituto de Tecnología Celulósica de la Universidad Nacional del Litoral (a cuyos cuadros se enorgullece de pertenecer Matta) opina lo contrario. Habiendo éste visitado Botnia con otros siete colegas –curiosamente, el también invitado Matta se niega a ir a verla con sus propios ojos– y con las mismas cifras a la vista, afirma en el sitio oficial de la Universidad que “Los valores informados de las emisiones, tanto líquidas como gaseosas, se encuentran por debajo de los límites aceptados internacionalmente. Resultan notables los bajos niveles informados de carga orgánica (DQO y DBO) y de compuestos clorados (AOX) en los efluentes líquidos”. Estos verdaderos expertos, como los otros muchos que Argentina tiene, muestran decenas de publicaciones científicas internacionales en el área, de lo que Matta carece absolutamente.
Como académico su prestigio es nulo, como profesional en la industria ha sido corresponsable de desastres ambientales verdaderos, no presuntos. Por lo que frente a tanta ignorancia y/o mala fe, cabe exigirle a Matta que se asesore con sus colegas verdaderamente expertos antes de pontificar.
Claro que esta misma ignorancia y/o mala fe pueden haber sido los determinantes de que los gobiernos nacional, provincial y municipal, así como la asamblea piquetera lo hayan elegido como referente, en lugar de a los expertos argentinos que verdaderamente saben. Lo que debería ser motivo de alegría, que Botnia no contamina, es transformado en terror para la comunidad por el afán de protagonismo mediático de ésta y otras personas.
Su medio, Sr. Director, no debería ser cómplice de esta inmoralidad e informar correctamente a la comunidad. Por si fuera de su interés, acompaño ésta de un detallado reporte de los más sobresalientes errores cometidos por Matta, con la profusa bibliografía que sustenta mis opiniones.
Atentamente
Dr. Oscar N. Ventura
Profesor Catedrático, Facultad de Química, Universidad de la República, Uruguay.
Profesor Catedrático, Facultad de Química, Universidad de la República, Uruguay.
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