domingo, 7 de marzo de 2010

Pican, pican los mosquitos...

Los Enanitos Verdes son un grupo de rock argentino, de extensa y variada trayectoria. Muchas de sus letras son bien conocidas. Con la invasión de mosquitos que estamos sufriendo, no he podido dejar de recordar aquella que decía

Pican pican los mosquitos
pican con gran disimulo
unos pican en la cara
y otros pican en el...
Cuando fui a la colina...




y así seguía algunas estrofas más. La razón para recordar esta canción no fue sólo la presencia de los molestos zumbadores, sino también ver esta foto que recuerda mi estado actual fruto de la interacción con dichos molestosos. Sólo que no son mosquitos.

Hoy por la mañana, Jorge nos acercaba unos links interesantes sobre el episodio de erupciones en el Balneario Ñandubayzal y a ellos volveré más adelante. Sin embargo, quiero empezar por un artículo de nuestra dilecta periodista pro-asamblea Verónica Toller, que nos deleitara con tantos artículos humorísticos en el pasado. La Sra. Toller, en un artículo que nos acerca Pablo Bianchi, titulado Dermatitis alérgica en el Ñandubaysal: en Pampa y la vía



e ilustrado nada menos que una bien conocida foto de Botnia... tomada desde playa Ubici en Fray Bentos, a 2 km de la planta, y con bañistas uruguayos disfrutando alegremente (nada que ver con Ñandubayzal, por supuesto) nos relata:


Repasemos: la reacción alérgica se produjo el sábado 20 de febrero cuando los desprevenidos turistas ingresaron al agua del río Uruguay en el balneario ubicado a 15 km de Gualeguaychú, exactamente frente a la planta de la pastera Botnia-UPM. La primera acusación fue contra la pastera: se habló de volcados accidentales y de desechos habituales, entre los que figuran 60 kilos diarios de fósforo y 600 de nitrógeno. "Botnia no es la única que emite estos elementos, pero su volumen es verdaderamente el mayor de todos", explicó entonces el Secretario de Salud y Medio Ambiente de la Municipalidad de Gualeguaychú, Martín Piaggio.

Asimismo, Doña Toller nos cuenta acerca de la reacción del Intendente Bahillo

Los estudios encargados por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación a dos universidades así como los realizados por el Municipio en el laboratorio de OSM "no arrojaron variaciones respecto a lo que venía ocurriendo con el río en los últimos días", dijo el intendente Juan José Bahillo el miércoles por la noche. "Sí se encontró que el color estaba un poquito más turbio y con un nivel más elevado de materia fecal. Pero no pueden atribuirse las alergias de 115 bañistas a ello", sostuvo.

En Gualeguaychú, tres versiones se manejan en la calle: ¿fue un volcado accidental de químicos en la planta de Botnia que el río Uruguay arrimó a la costa argentina? ¿Fueron agroquímicos escurridos por las lluvias? ¿O efluentes cloacales, materia fecal?


Bueno. Leido lo anterior, visto lo que dice Bahillo tan taxativamente, visto lo que dice Toller que dudan en Gualeguaychú y leyendo un poco por ahí, uno quiere aportar su granito de arena a esto. Y uno --que no es nadie, como decía Wimpi-- se puso a buscar en internet cuál era la información disponible.

Resulta que a eso de cinco minutos de buscar, se encuentra uno con que existe un sistema de clasificación internacional de las enfermedades, que se llama ICD-10 (o CIE-10 en español). Buscando por ahí por algo que tenga que ver con lo que parece ser un sarpullido, se encuentra uno con la página correspondiente a los pruritos (palabra que en su acepciòn médica quiere decir comezón o picazón) donde se entera que existe desde el prurito de los abaceros al prurito de las lavanderas, desde el prurito de Noruega hasta el prurito gravídico, y como unas 50 variantes más. Y allí, entre otros pruritos de mejor alcurnia, se esconde, claro que sí, el prurito de los nadadores. Ya volveremos sobre eso.

Retrocedamos al 21 de Febrero y veamos lo que se decía, por ejemplo en Radio El Espectador. Al describir la clausura del balneario Ñandubayzal, el inefable Pouler decía

“Por primera vez en su historia, es de los daños más grandes sobre agua dulce que hay en el Río Uruguay, clausuró las playas desp
ués que 90 personas ingresaron al mismo tienen sarpullidos. Se cree que esto es por la cantidad de fósforo y magnesio que pueda tener el agua. El Río Uruguay, de por sí, tenía altos grados de fósforo y magnesio en sus aguas y lo que Botnia hace con sus efluentes es agrandar esta cantidad, por eso creemos que tanto los agroquímicos como la empresa siguen perjudicando la salud del Río”, sentenció.

Más allá de enterarme por primera vez de la terrorífica historia del magnesio (yo creía que era nitrógeno, pero ta) ahí estaba clarito lo de que varias personas (90 allí pero llegaron a las 115 según Toller) ingresaron al agua y salieron con sarpullidos. Terra informó más in extenso:

Por la tarde, autoridades del Plan de Vigilancia Ambiental continuaron confeccionando las actas de denuncias en el Balneario y en total asciende a 110 el número de personas afectadas de diferente intensidad con picazón, comezón e irritación en los ojos y sarpullidos en la piel.

Si volvemos ahora a ver la descripción del prurito de los nadadores, nos encontramos con la siguiente descripción

Prurito del nadador causado por parásitos que se encuentran en aguas contaminadas. El parásito entra por la piel y aparece una erupción en el sitio de entrada. En algunos países tropicales, el parásito que se encuentra en el agua contaminada puede producir una enfermedad grave.


El prurito del nadador es lo que técnicamente se conoce como dermatitis esquitosómica, esquitosomiasis o infección por cercarias. Mirando una "fact sheet" de esta enfermedad, vemos que se transmite por larvas cuyo ciclo de ovulaciòn transcurre en mamíferos o aves, sale al medio hasta que encuentra un caracol, lo infecta y sale de paseo. El ciclo de vita del parásito que se muestra más arriba, está contenido en el esquema debajo


Tal como reconoció Bahillo y refleja El Telégrafo de hoy, en las aguas se observó turbidez y una concentración fecal superior a la normal. Pero Bahillo sostiene que el contacto con esa materia fecal no puede haber sido el objeto del sarpullido. Y si lo dice es porque se lo dijo alguien que algo sabe, no lo va a haber inventado (bueno, supongo que no).

Ahora bien, si volvemos al artículo de la Sra. Toller a ver qué dijo Bahillo concretamente, dijo:

Sobre el episodio de alergias, admitió que los análisis procesados en Buenos Aires y en Gualeguaychú "no arrojaron variaciones respecto a lo que venía ocurriendo con el río en los últimos días. Sí se halló que el color estaba un poquito más turbio y con un nivel más elevado de materia fecal, pero no pueden ser atribuibles al episodio con los bañistas", dijo. Pero "esa madrugada habían llovido 140 mm. El los últimos 3 meses cayeron 1100 mm. Todo esto marca que el río no atraviesa tiempos normales, que hay desbordes, los campos no absorben ya más...".


Aunemos ahora lo del contenido alto de materia fecal, lo de las grandes lluvias, y el silencio general tanto del dueño de Ñandubayzal (que desde el principio no identificó a Botnia como el causante del problema) como de los diarios y radios pro-ACAG en estos últimos días y llegamos casi a la certidumbre matemática de que efectivamente (como especuló el diario Junio y lo dice el artículo de Toller) se desbordaron las lagunas de aireación para las aguas servidas del Balneario Ñandubayzal lagunas que, ahora nos enteramos, desembocan aguas arriba del balneario. O sea, la gente siempre se baña en caca, sólo que a veces está más diluida. Sólo haría falta identificar caracoles infectados con cercarias en las lagunas sanitarias, para concluir que ese fue el origen del problema. Se lo dejo como sugerencia a Bahillo, que se lo digan.

Un dato curioso explica algunas de las características que presentaron las afecciones: la infección se potencia si uno no se seca con una toalla, sino que deja evaporar el agua sobre la piel, y los parásitos son atraidos por las lociones bronceadoras, lo que puede explicar por qué a algunos sí los atacó y a otros no. Y como los análisis se hicieron en agua y no en la materia fecal de los turistas infectados, no se detectó la larva.

Una reflexión final. Leemos que los síntomas del primer prurito de nadador, la infecciòn con cercarias, desaparece por sí mismo sin necesidad de tratamiento (lo que pasó en Ñandubayzal). Pero, leemos también que cinco a catorce días después puede reaparecer la erupción a veces papular, pruriginosa e intermitente. Por lo que en este momento quizá hayan personas que recuerden malamente su visita al Ñandubayzal mientras desesperadamente se rascan las ronchas.

Estaría bueno buscar los caracolitos y las larvas, a ver si esto no sucede nuevamente. No es buena publicidad para el balneario, ni siquiera si se lo pudieran achacar a Botnia.

Cortesía: Las Cosas de Néstor

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